Capítulo 23: "Instinto animal"

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Se durmieron durante una hora aproximadamente, cuando despertaron Irslan la miró, ella lucía más bella que nunca, ella abrió los ojos y le dijo:

-¿Qué tal la experiencia?

-Ha sido, no tengo palabras la verdad

-Yo tampoco, pero ha sido genial

-Se estaba tan bien dentro de ti, me da mucho corte hablar de estas cosas

-A mi también me ha gustado lo que hemos hecho, y si que da un poco de corte

Ambos se miraron, Ainoa se levantó y le dijo:

-¿Sabes? Si muero me llevo doble alegría

-¿Doble?

-Si, hemos hecho eso juntos por primera vez, y además se que después me comerás

-¿Por qué es tan importante que te coma?

-Bueno, tengo ese interés porque si me comes te harás más fuerte, y una pequeña parte de mí vivirá en ti ¿Entiendes?

-Ah, claro, pero aún así me costará hacerlo...

-Confío en ti

-Claro

-Bien, veremos que me espera fuera, una cosa

-¿Si?

-No esperes que vuelva

En ese momento le dio un beso en la mejilla y se despidió, Ainoa no era de despedirse, de modo que aquello indicaba un final inevitable, Irslan lo único que pudo hacer fue enseñarle su mejor sonrisa, ya que no la iba a ver más por lo menos que se fuese contenta.

Irslan se quedó sentado en el suelo, escuchó el ruido de una sirena de policía, unos disparos, unos minutos después lo mismo, cuando pasaron 10 minutos Irslan decidió salir, en cuanto salió vio a Ainoa pelando contra todos aquellos hombres, habría 70 personas mínimo, al parecer estaban ganando, Irslan prometió no interferir, pero no soportaba la idea de estar ahí quieto sin hacer nada, de modo que después de planteárselo unos minutos cerró el puño, y dijo:

-Lo siento Ainoa, pero voy a interferir

En el momento que dijo eso ya no se oían más disparos, de modo que se asomó, y vio a Ainoa tirada en el suelo, mientras que unos 20 o 30 policías la rodeaban, la habían abatido, estaban informando por teléfono, era su momento.

Irslan se volvió licántropo, y masacró a los policías supervivientes, cogió a Ainoa, la llevó lejos de aquella zona, le retiró el pelo de la cara y le dijo:

-Siento no haber podido hacer algo

Ella abrió los ojos y le dijo:

-No quería que te metieses, te quiero Irslan

-Y yo a ti Ainoa

-Me tienes que comer, lo has prometido

-Lo prometido es deuda

-Se que te vas a olvidar de mí, de modo que para que mi recuerdo tarde un poco más en desaparecer, aquí tienes

Irslan la miró extrañado, y esta le metió un capón

-Disfruta ese capón

Normalmente Irslan se habría quejado, pero aquella vez sonrió más que nunca, no pudo evitar llorar cuando vio que Ainoa ya no respiraba.

Se secó las lágrimas de los ojos, y muy furioso y se prometió a sí mismo que aquella estúpida guerra entre licántropos y humanos acabaría de una vez.

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now