Capítulo 8: "La loba"

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¡La estaba besando! ¿Por qué?, no lo sabía pero puso las manos en su cintura, ella no mostró desagrado alguno, el agua era fría pero el cuerpo de Ainoa estaba caliente encima de Irslan, cuando este se dio cuenta de que el momento estaba llegando lejos decidió intentar levantarse, pero Ainoa no quería que este se levantase, se quedó mirándole, y tras unos segundos se quitó de encima.

-¿No me vas a comer?

-¿Comer? ¿Enserio crees que beso a alguien a quien me voy a comer?

-Pero... eres un licántropo...

-Eso no implica que tenga que comerte

En ese momento le abrazó, Irslan se quedó muy sorprendido, ante esta reacción de Ainoa, puesto que humanos y licántropos habían estado en conflicto desde hace mucho tiempo...

-Irslan, verás... yo... Dijo mirando al suelo.

-Tú... ¿Qué pasa?

-Pues que llevo mucho tiempo fijándome en ti... No como presa, sino... Como persona... No sé si me entiendes...

-Ah ¿dices que soy buena persona? Dijo soltando una risa un tanto sonrojado

-Eres tonto eh... No entiendes a las chicas...

-Que si te entiendo Ainoa...

-Demuéstrame que me has entendido, si tan convencido estás...

En ese momento se acercó, le dio un beso, y le dijo al oído:

-Da igual lo que seas, te quiero igualmente Ainoa.

Ante esto Ainoa se sonrojó, y ambos, aunque sus cuerpos estuviesen mojados se dieron un abrazo, Irslan podía notar el calor que desprendía el cuerpo de Ainoa, incluso con la ducha que se habían dado, Ainoa pudo notar como el corazón de Irslan latía con gran intensidad, lo cual la tranquilizó mucho.

Ella le dio un mordisco cariñoso en el cuello a Irslan, y este respondió tirándola a la cama, ahora era él el que estaba encima, le cogió la muñecas, sus respiraciones eran aceleradas, los ojos de ambos se miraban fijamente, poco a poco sus labios se fueron acercando, pero llegó Silvia junto con Ana, las cuales se quedaron perplejas al ver a Irslan encima de Ainoa, al darse cuenta de la situación Irslan dijo:

-No es lo que parece

-¿Ah no? ¿Entonces?

Pues estaba curándome las heridas, me había echo daño y para vengarme pues le iba a "curar las heridas" yo también.

-Que malo eres. Dijo Silvia riéndose

-Es que me hacía daño, y encima se reía, no es justo...

Al oír la respuesta de Irslan Silvia fue a guardar los medicamentos que había usado Ainoa.

Ante esto Irslan soltó un respiro de alivio, si algo se le daba bien era mentir, tal vez era un don o una maldición, pero la mentira se le daba bien.

Después de esta situación Irslan se quedó mirando a Ainoa, la cual sonreía mientras se desprendía de la ropa mojada que portaba.

-¿Estás loca o qué? Ni se te ocurra liármela eh

-Venga vamos ¿Qué podría pasar? Dijo bajando la mano poco a poco desde el estómago.

-Quita, eres...

-¿Que soy?

-Déjalo anda... Ponme un vendaje como si me hubieras curado y ya está...

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz