Capítulo 19: "Convivencia"

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Ana entró en lo que iba a ser su nuevo hogar, la casa no era muy grande, por lo que tardó poco en explorar cada rincón, y como no, Irslan era el que llevaba todo el equipaje de Ana, como si fuese una mula de carga:

-Irslan, quiero esta habitación

-Esta es mía

-Pero es la que más mola

-Por eso es la mía

-Pero...

-Ya empezamos...

En ese momento Ana le puso ojitos de cordero degollado a Irslan para convencerle.

-Eso es chantaje emocional

-¿Y funciona?

-Mucho, no lo vuelvas a hacer

En cuanto se despistó la vio otra vez usando aquella artimaña, cogió una cuchara y le dio un fuerte golpe en la cabeza.

-Ay, eso duele

-Así harás caso a la primera

-Está bien...

-Hm, de momento no hay un sitio para que te instales, pero bueno, te puedes quedar en mi cama, y yo dormiré en el suelo

En ese momento los ojos de Ana se iluminaron de alegría

-¿De verdad?

-Sí, pero no toques nada ¿Queda claro?

-Si señor

Se dio la vuelta y en menos de dos segundos ya estaba curioseando por ahí, pero al oír el ruido de la cuchara Ana se giró rápidamente intentando disimular.

-¿Qué estabas haciendo?

-Nada

En ese instante Irslan le arreó en la cabeza con la cuchara

-Ay, ¿Y eso porque?

-Por mentir

-Entonces si sabías lo que hacía ¿Por qué me preguntas?

-Curiosidad, te dije que no tocases nada

-Voy a guardar la maleta debajo de tu cama ¿Puedo?

-Claro, voy a seguir con tus cosas

Ana fue a guardar la maleta bajo la cama de Irslan, pero cada vez que empujaba la maleta salía de nuevo, estaba segura de que había espacio de sobra, volvió a empujar, y escuchó el sonido de unas hojas, como si hubiese un libro que estuviese molestando, Ana se preocupó, ya que podría ser un libro muy importante para Irslan, y no quería recibir más golpes con la cuchara, de modo que sacó la maleta con sumo cuidado, se arrodilló para localizar ese libro, y por fin lo encontró, pero no era un libro, era una revista, y no una revista cualquiera, era una revista con...

Chicas provocativas, Ana bastante curiosa le echó un vistazo, Irslan, que pasaba por ahí la vio con el libro, y muerto de vergüenza intentó quitárselo, pero ella seguía mirando las imágenes, le puso el pié en la cara y continuó observando aquella revista un rato, hasta que dijo:

-De modo que estas son las que te gustan

Irslan muerto de vergüenza le dijo:

-No... no... trae aquí

-Pues me voy a tener que cuidar un poco más para ser así

-Ya te he dicho que no curiosearas por ahí

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now