Capítulo 21: "Cementerio"

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Al poco tiempo Ainoa salió de la puerta, Irslan estaba en las escaleras sentado, mirándola fijamente, pero apartó la mirada rápidamente cuando esta fue a hablarle, él estaba enfadado después de aquel comentario.

Ella parecía que quería acercarse, pero al ver el gesto de Irslan retrocedió unos pasos, y bajó las escaleras, cuando el ruido parecía muy lejano Irslan decidió levantarse y entrar en casa.

Abrió la puerta, y estaba Ana sentada desayunando, esta se quedó mirándole, Irslan se percató de esto y le dijo:

-¿Tengo monos en la cara?

-No, y estás enfadado con ella, no conmigo

-Déjame en paz ¿Quieres? Me voy a dar una vuelta

-Recuerda que el funeral es en dos horas

Irslan no dijo palabra alguna, se dirigió a su habitación, y al cabo de un rato salió y dijo:

-¿En cuanto tiempo?

-Dos horas

-Entonces me dará tiempo

-¿Tiempo de qué?

-De nada, cotilla...

-Qué borde estás últimamente...

-¿Ah si?

Pegó un portazo saliendo de casa, Ana se sobresaltó mucho ante aquel golpe.

Irslan fue por la calle, y llegó al callejón donde había tenido el encuentro con Silvia, aún habían signos de la pelea que hubo allí, esto le trajo recuerdos a Irslan, amargos y dulces, más tarde fue a la puerta del instituto, después al árbol en el que se conocieron, allí Irslan hizo un gran esfuerzo por no llorar, y consiguió aguantar aquellas lágrimas, también fue al parque en el que estuvieron paseando durante aquella cita, Irslan continuó su recorrido de lugares en los que había estado con Silvia, y finalmente llegó a casa de esta.

Ya no había ningún cordón policial ni nada por el estilo, de modo que tragó saliva y decidió entrar en aquella casa, la puerta estaba abierta, así que entró sin problemas, conforme iba andando por aquella casa veía una gran cantidad de muebles destrozados, no había sangre por ningún lado, los cajones estaban fuera de su sitio.

"Tal vez entrarían a robar lo que pudieran"

Pero había algo que no estaba bien, subió a la habitación de Silvia, y el panorama era el mismo, todo destrozado, todo, excepto una cosa, un jarrón, con una bella flor, Irslan se acercó para verla más de cerca, aquella flor parecía mágica, desprendía un aura que Irslan no había visto antes, a pesar de que le temblaba el pulso consiguió sacar la flor, al hacerlo cayó al suelo un papel, Irslan al verlo se extrañó mucho, y fue a recogerlo, pero al agacharse vio una bolsa debajo de la cama de Silvia, este cogió la bolsa, pero el papel le despertó más curiosidad todavía, de modo que leyó primero aquel misterioso papel que había encontrado, y decía lo siguiente:

"A estas alturas estaré muerta, y probablemente al coger la flor se te haya caído el papel y hayas visto una bolsa, la cual supongo que la habrás cogido también, y apuesto a que tenías más curiosidad de que había escrito en el papel, ahora estarás un poco extrañado de que haya adivinado que ha pasado, y pensarás que es suerte, si de verdad piensas que es suerte te diré que queda 1 hora y 14 minutos y 12 segundos exactos para que me entierren"

En ese momento Irslan miró el reloj y se quedó sorprendido al comprobar que aquello era cierto, y siguió leyendo:

"Habrás mirado el reloj, eso está bien, no hay que fiarse del todo de lo que ves, las apariencias engañan, aquellos que parecen buenos pueden no serlo, y los malos realmente son los buenos, eso nunca lo sabrás, se que te cuesta manejar tu habilidad, por eso en la bolsa te dejo mi diario, en el cual verás los cambios que te esperan, y podrás prepararte un poco mejor, espero que te sea útil, tanto como lo has sido tu para mí, por cierto, te deben de quedar 57 minutos y 45 segundos"

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now