Capítulo 44: "Versión de Allen y Eddie"

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Había una vez un chico que siempre corría por mi zona, el era de "clase baja" y mis padres me prohibían acercarme a esa gente, pero un día aquel chico escaló y se coló por mi ventana, me puse nervioso, mis padres no estaban, y si se enteraban de que había entrado alguien así en casa se me iba a caer el pelo, aquel chico se acercó, y con un acento medio latino me dijo:

    -¿Porque no sales a jugar como los demás niños?

Me quedé pensando en aquella pregunta durante un tiempo, y no encontré una respuesta, el chico se acercó y yo retrocedí, él se sorprendió y retrocedió un poco, me miró y dijo tendiendo la mano:

    -Soy Eddie, encantado

Dudé sobre que era lo correcto, pero el chico estaba con la mano tendida, de modo que fuí educado y le estreché la mano:

    -Allen, mucho gusto

Desde ese momento aprendí que la vida no era estar en casa con mis juguetes y rodeado de lujos, la verdadera vida estaba fuera, con los demás, y así Eddie y yo nos convertimos en muy buenos amigos, pasaron los años y mis padres tuvieron que aceptar mi decisión, hacíamos todo tipo de travesuras, un día mis padres, cuando yo tenía 18 años, dejaron un maletín lleno de dinero, y no les volví a ver...

Eddie me estuvo apoyando, es al único al que a día de hoy puedo llamar familia, y era raro, porque nunca me pidió dinero, a pesar de que su familia vivía prácticamente de la chatarra que encontraban por ahí...

Un día me acerqué a su barrio, y vi como sus padres le pegaban y lo tiraban de casa, resulta que ellos no estaban contentos de que él andase por ahí con alguien como yo...

Aquel día prometimos que pasase lo que pasase estaríamos juntos, y así fue, todo nos iba bien, Eddie siempre hablaba de "su amor". 

Pero yo nunca llegué a conocer a aquella mujer de la que tanto hablaba, todo era perfecto, pero un día la mala suerte nos amargó la existencia...

"¿Justicia? una hermosa palabra..."

¿Ya me toca? Bien bien, soy Eddie, se lió parda, hubo una explosión, y tuvimos que huir, pero por mucho que corrimos nos alcanzaron, y acabamos en la cárcel, estaba viendo que ahí no íbamos a aguantar, éramos caramelos, de modo que hice algo que se me da bien, me he criado en la calle, de modo que "adorné" un poco el pasado de Allen.

Solo dije un par de tonterías como... Ah ya, que el solo había matado a tres guerreros de plata, y cosas como esa, no tengo ni idea de porqué ellos creyeron aquellas palabras, pero sirvió para mantener nuestras vidas a salvo en la prisión, y desde entonces todos los prisioneros tienen a Allen en lo más alto, y eso que nunca le han visto pelear. Algún día saldremos de aquí, este sitio perdido del mundo y la civilización.

"No hay amanecer sin oscuridad"

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora