Capítulo 40: "La fuga"

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Y por fin llegó la hora esperada por todos, la luz se fue, Eddie y Allen, con ayuda de algunos prisioneros tumbaron a los guardias, una explosión sonó, y un muro cayó a lo lejos.

Irslan cogió a Silvia de la mano:

    -¿Estás preparada?

Silvia asintió, y ambos corrieron rápidamente, iban esquivando a los fugitivos que caían, ya por disparos o ben por cansancio, y no eran pocos, una enorme masa de licántropos consiguió salir del recinto principal.

Corrieron unos cuantos metros, derribaron a unos guardias y se armaron con los rifles que estos llevaban, entonces Allen gritó: "Cubríos, coged las armas y abrid fuego, hoy seremos libres"

Irslan y Silvia se escondieron tras una pequeña barricada, las balas cruzaban el campo de batalla, el silbido de una bala pasó al lado de Irslan, este miró a Silvia:

    -Saldremos de esta, ya lo verás

    -¿Porque me dices eso? ¿Algo va mal?

    -Hay que moverse, vayámonos

Todo el grupo se movilizó rápidamente, los guardias habían caído, se veía el muro exterior, había un boquete enorme, era lo suficientemente grande como para poder escapar todos. 

Siguieron corriendo, a pesar de estar cansados continuaban, las ansias de libertad eran más importantes, aquel deseo alentaba los corazones y la esperanza de todos y cada uno de los lobos que allí se encontraban.

Unos tanques y ejército militar aparecieron de repente, bloqueaban la única salida que había, todos retrocedieron hasta la barricada, los lobos con armas abrían fuego, Irslan estaba disparando, pero se le acabaron las balas:

    -Silvia, hay que hacer algo, hay que luchar o perderemos, y si perdemos...

    -No perderemos, tenemos un as en la manga

    -¿A qué te refieres?

    -Aquí tienes, he intentado que funcione, pero no puedo

Le dio un artefacto, pero no uno cualquiera, era Yukimura, aquella espada que le había sacado de mil problemas y le había otorgado tantas victorias.

Empuñó la espada, un destello iluminó el campo de batalla, todos los lobos se giraron sorprendidos, Irslan corrió hacia los tanques gritando: "Si hemos de morir que sea por nuestra libertad"

Cargó la espada y lanzó una onda que cortó todos los tanques partiéndolos por la mitad, entonces todo el grupo de Allen se movió gritando entusiasmado, Irslan guardó la espada, miró a Silvia:

    -Tenías razón, no perderemos

Silvia le sonrió, le cogió de la mano, y corrieron juntos, pero a punto de llegar a la salida Irslan comenzó a correr más y más despacio, Silvia le miró:

    -Vamos, camina joder

    -Ve tú, no puedo caminar más

    -¡¿Pero qué?!

En ese momento Silvia vio que Irslan estaba sangrando muchísimo, este se llevó la mano a la costilla:

    -Duele un poco la verdad

    -¿Porque no has dicho nada?

    -¿Habría cambiado algo?

    -Eres idiota... Sujétate en mi hombro, saldremos de aquí, te sacaré de aquí, lo prometo

Ambos caminaron, más despacio, Silvia le animaba con frases como: "Ya casi estamos" "Lo estás haciendo muy bien" "Ya falta poco"

Pero conforme avanzaba los pasos eran más costosos, la pérdida de sangre se hacía presente, su respiración era quebrada, y profunda:

    -Se que no estás bien, pero no me dejes ahora Irslan, solo te pido eso

    -He pasado por cosas peores, saldremos de esta

Silvia no podía evitar sonreír siempre que Irslan hablaba o animaba la situación, pero aquella vez esbozó una pequeña sonrisa, pero unas lágrimas brotaron de su rostro, Irslan la miró, y retirándoles aquellas brillantes lágrimas le dijo:

    -No llores, te digo yo que lo conseguiremos

Silvia asintió, y se retiró las lágrimas de la cara y le regaló la mejor de sus sonrisas, ante esto él le dijo:

    -No es solo que lo conseguiremos, es que te pones muy fea cuando lloras

    -Tonto -Dijo riéndose-

Después de aquello Irslan cayó al suelo, Silvia intentaba levantarle desesperadamente, pero no lo conseguía, Silvia forcejeaba con él, pero no lograba moverle en absoluto:

    -Todos a los que quería me han abandonado o han muerto, todos... Excepto tú, así que te vas a levantar, vamos a caminar hacia la salida, te curaré las heridas y todo será como antes

    -Eso no va a pasar -Dijo respirando con dificultad-

    -Irslan por favor, no me hagas esto, por favor, levántate

    -Si caigo de nuevo corre, ni te lo pienses ¿Lo prometes?

    -Lo prometo

    -Allá vamos...

Irslan realizó un esfuerzo brutal para levantarse, Silvia le ayudó y caminaron de nuevo, se encontraron con unos pocos guardias que quedaban vivos, y estos abrieron fuego.

Silvia cerró los ojos, pero al no notar nada los abrió de nuevo, delante de ella estaba Irslan, este había parado las balas con la espada, los guardias salieron corriendo, continuaron caminando, pero un guardia que había en el suelo se levantó y disparó contra Silvia, Irslan la apartó y recibió el disparo en el hombro, y con las fuerzas que le quedaban le arrancó la garganta:

Silvia cerró los ojos, pero al no notar nada los abrió de nuevo, delante de ella estaba Irslan, este había parado las balas con la espada, los guardias salieron corriendo, continuaron caminando, pero un guardia que había en el suelo se levantó y d...

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    -De esta no salgo Silvia

    -Levanta, vamos...

    -Silvia, lo prometiste, corre

    -No puedo hacer eso

    -Hazlo, joder, te matarán a ti también -Dijo empujándola-

Silvia le dio un beso, y se marchó llorando, Irslan se quedó mirándola, arrodillado, hasta que la hemorragia hizo que perdiese el conocimiento.

Al cabo de un tiempo despertó, y vio a un hombre con bata blanca:

    -Muchacho por poco no lo cuentas

    -¿Dónde estoy?

    -En la prisión, y aquí te vas a quedar, de modo que no tengas prisa en levantarte 

Y así fue, Irslan se quedó allí encerrado durante 5 años, durante los cuales cada día le torturaban clavándole clavos de plata en las palmas de las manos, y tornillos en la espalda, le insultaban hasta tal punto en que Irslan no se esforzaba en pelear, tortura psicológica y física, cada día le tocaba aguantar, y después de 5 años de intenso castigo...

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now