Capítulo 25: "Blanca"

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En ese momento Ana se asomó y vio a Kendra, la cual iba arreglada, esta vio a Ana y la saludó alegremente, Ana la saludó siendo un poco borde, puesto que la iban a dejar plantada, y más aún siendo por aquella mujer desconocida que se había puesto entre Irslan y ella.

-Así que tú eres Ana, encantada, soy Kendra, mucho gusto

-Me gustaría decir lo mismo

-¿Qué borde no?

-No es lo único de mí que corta, tranquila

-Que graciosa, tal vez me de un festín con tus órganos

-Me gustaría ver como lo intentas

-¿Intentar? Se dice conseguir

-Que creída la niña, quizás debería darle así con la mano abie...

En ese momento Irslan cogió de la mano a Kendra, la miró fijamente y le dijo:

-Más te vale no tacarla, Sino seré yo el que se de un festín contigo

-Venga, no te lo tomes tan a pecho, estábamos de cachondeo

-Vámonos ya, Kendra

-Madre mía que cambio de actitud...

-Bueno Ana, dejaremos esto para otro día ¿Te parece?

-Claro Irslan, ten cuidado ¿Vale?

-Siempre lo tengo

Salieron de casa, Ana se quedó allí, mientras tanto Kendra e Irslan bajaban las escaleras y este un poco enfadado le dijo:

-¿Qué cojones os pasaba a las dos?

-¿Yo que se? Díselo a ella

-Que raras sois...

-Habló aquí el normal

-Soy un poco rarito, no te lo voy a negar

-Bueno anda, continuemos caminando

-Por cierto ¿A dónde me llevas?

-A un lugar chulo, ya verás

Continuaron caminando, era de noche, pasaron por unos callejones, cada vez que avanzaban se podía observar como la calidad de vida de aquel lugar decaía poco a poco, y llegó un momento en el que llegaron a un establecimiento, Kendra bastante ilusionada le dijo:

-Aquí es

Irslan se percató de un brillo en la mirada de Kendra, un brillo que no había visto antes, este no comprendía el motivo de su alegría "¿Por qué narices está contenta de estar en un lugar tan deprimente y solitario como este?"

-Kendra ¿Qué sitio es este?

-Es un sitio que... Bueno ahora lo verás

-Que sepas que me da mala espina, pero bueno

Kendra abrió la puerta, Irslan entró un tanto inseguro, cuando lo hizo observó que se trataba de una especie de bar o taberna, llena de gente, unos jugando a las cartas, otros fumando, algunos simplemente se limitaban a estar sentados en la barra disfrutando de un buen vino, y había alguna que otra pelea, probablemente unos borrachos un tanto enfurecidos, todo este panorama de serenidad duró muy poco, pues al entrar Irslan todos dejaron sus actividades a un lado, y comenzaron a oler algo en el ambiente, poco a poco se fueron levantando, a alguno incluso se le caía la baba Irslan no entendía esta situación, pero se fijó mejor y comenzó a ver las transformaciones de todos y cada uno de los miembros de aquel salón en licántropos, esto incomodó mucho a Irslan, el cual comenzó a retroceder con cierto temor e inseguridad, Kendra se puso delante de él, y extendió los brazos en cruz, esto no impidió que aquellos seres la empujasen y se abalanzasen como hienas a por Irslan, el cual se encontraba en el suelo, rodeado de mandíbulas que se abalanzaban sobre él, este intentaba desprenderse de sus depredadores, y llegó un momento en el que sus ojos cambiaron y se despertó la bestia que llevaba dentro, resurgió de esa montaña de bestias, y con su transformación incompleta pegó un rugido que amedrentó a todos sus perseguidores, los cuales se quedaron petrificados, pues pensaban que Irslan era un humano y al ver aquella forma incompleta comprendieron que también tenía esencia de humano, ayudó a Kendra a levantarse, el resto de gente volvió a su apariencia humana, Irslan se quedó mirando a Kendra, aún siendo licántropo conseguía reconocer a las personas, esta observó un comportamiento extraño en Irslan, de modo que se detuvo unos minutos a tratar de tranquilizarle, después de conseguirlo este se quedó sentado en un rincón de la sala, no quería tener nada que ver con aquellos seres, al cabo de unos minutos de soledad se aproximó a él una chica de unos dos años menor que él, Irslan se percató de que la mirada de esta se clavaba en él, y cuando este levantaba la cabeza ella miraba rápidamente hacia otro lado, llegó un momento en el que Irslan se hizo el despistado, ella se acercó lentamente y él sin previo aviso levantó la cabeza y le dijo:

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora