Capítulo 48: "El plan" Parte 1

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Al ver el campo de batalla Kendra corrió con rapidez, Bruno, Martina, Shane y William estaban en pie, había muchos cuerpos en el suelo, muchos lobos se retiraban hacia lo que quedaba de base.

Los 4 se giraron y vieron a Kendra detrás e ellos, la miraron con desconfianza y recelo, pero ella les ignoró completamente, se puso enfrente del enemigo, desenvainó sus dagas y comenzó a jugar con una de ella tirándola al aire mientras giraba dando vueltas rápidas, en un lanzamiento la tiró muy arriba.

En un abrir y cerrar de ojos se lanzó contra todos ellos, y aquel torbellino de acero consiguió acabar con casi la totalidad del ejército, volvió velozmente a su posición inicial y cogió de nuevo la daga que todavía estaba cayendo. 

Los pocos hombres que quedaban salieron corriendo, Kendra seguía jugando con sus dagas, unos soldados de plata se acercaron, se colocaron en formación, los lobos por su parte se reagruparon, Kendra gritó:

"¡Traed lanzas y espadas! ¡Todo el mundo al suelo!"

Bruno y los demás la miraban con desconfianza, era un aliado, peo a la vez un enemigo potencial, Kendra escupió al suelo, les miró:

"¿Eso es todo lo que tenéis?"

Los soldados desenvainaron sus espadas, ella lanzó de nuevo la daga hacia arriba y solo murmuró: "Que comience el derramamiento de sangre"

Con gran velocidad lanzó dagas que impactaron en la coraza que llevaban sus contrincantes, al terminar de lanzar todas y cada una de sus dagas recogió la que había lanzado primero, pero esta vez ella tenía un corte en la cara, sin enterarse de su herida comenzó a girar de nuevo la daga, el polvo que levantó de disipó por completo, y allí estaban, todos los guerreros de plata en pié.

Kendra se quedó sorprendida, habían aguantado perfectamente aquella embestida, pasaron varios meses, y ninguno de los dos bandos se decidía a atacar, hasta que unos guerreros de plata avanzaron hacia el frente, los lobos por su parte también lo hicieron, otra batalla más, pero la guerra todavía estaba latente...

Kendra se tiró a lo loco, y como la vez anterior su tormenta de dagas no funcionó, pero no solo no funcionó, sino que uno de ellos se le tiró encima, cogió una espada y forcejeó con Kendra para clavársela, ella estaba en desventaja, y muy cansada, puesto que lanzar tantas dagas en tan poco tiempo suponía un desgaste físico muy grande.

Poco a poco el filo de la espada fue bajando, y cuando Kendra notó que ya rozaba su cuello pensó que era el fin, como por arte de magia unas cadenas rodearon el cuello del guerrero cortándole la respiración, Kendra aprovechó y huyó del combate, se puso con sus compañeros, y vieron una figura, Bruno y los demás no podían creer lo que estaban viendo.

Silvia estaba detrás de aquella figura, ellos no podían creer que Jason les estuviera ayudando, Silvia levantó las manos, y Jason por su parte hizo lo mismo:

"Haré lo que digáis, por ahora..."

Jason tendió la mano a sus nuevos aliados, Kendra y Bruno no se creían que Silvia estuviera ahí de pie, una bomba cayó en el campo de batalla, de ella salió una nube de humo que se disipó rápidamente, cuando los lobos pudieron ver con claridad vieron a unos soldados, de la nariz y ojos de estos salía sangre sin parar, sus rostros iban volviéndose más y más pálidos, hasta que finalmente caían al suelo para no levantarse más...

Al ver aquello se retiraron rápidamente a lo que quedaba del refugio para idear un plan, un plan que hasta ahora no sabían que se podía hacer, sacar a Irslan de prisión.



Un lobo con corazón de cristal (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora