Capítulo 17: "Fuera las máscaras"

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Pasó un tiempo desde aquella situación, la actitud de Silvia había cambiado mucho desde que Irslan besó a Ainoa en público.

No era la misma, sus contestaciones, forma de actuar, un sin fin de cosas, parecía otra persona, Irslan esperó dos semanas más a ver si aquella actitud era causa de un mosqueo repentino, por otra parte Irslan entendía cómo se sentía ella.

De modo que un día la esperó a la salida para hablar a solas sobre lo sucedido, no sería una conversación muy agradable, pero tenía que hacerlo, de modo que en cuanto la vio salir de clase le dijo:

-Silvia, tenemos que hablar

-No hay nada que hablar, te gusta Ainoa y ya está

-Silvia, escúchame, ven hablemos en un lugar más discreto

-¿Por qué debería?

-No deberías, pero si alguna vez me has querido vendrás

Silvia aceptó un poco molesta, pero aún así fue al callejón hacia el que le guiaba Irslan, cuando llegaron Silvia le dijo:

-¿Porqué me traes aquí?

-¿Te acuerdas cuando quedamos el primer día?

-Cómo no, me encantó aquella ci... En ese momento guardó silencio

-Sí, aquella cita fue muy buena, bueno, de camino hacia allí me atacó un licántropo, por suerte sobreviví, pero me pegó un fuerte zarpazo, desde aquel día algo cambió en mi interior, era más animal, no se si me entiendes

-Irslan, la verdad es que...

-Dame un momento, lo que quería que vieras, el motivo por el cual no podemos estar juntos, es este.

En ese momento Irslan se transformó en licántropo delante de Silvia, la cual se quedó mirándole un tanto sorprendida, Irslan le dijo:

-Sigo siendo el mismo, tranquila

En ese momento ella se acercó y le acarició el suave y delicado pelaje de color negro oscuro que recubría a Irslan por completo.

-Soy yo, y temía hacerte daño, o causarte problemas, pero te he querido de verdad

-Irslan, ya lo sabía, siempre lo he sabido, desde que te vi el primer día que llegué a clase, no tubo que ver con ese zarpazo, ya eras un licántropo desde antes

-¿Cómo lo sabes?

-Sé reconocerlos, y además el causante del zarpazo lo tienes delante

-¿Fuiste tú? No, no puede ser...

-Sí, fue totalmente sin querer, no podía controlarme ¿Sabes?

-Te entiendo, a mí me pasa lo mismo, algunas veces no sé lo que hago, estás disculpada, aunque me diste un susto de muerte. En ese momento se rió bastante

-¿Por qué te ríes? No es gracioso. Dijo soltando una pequeña carcajada

-Entiendo, tiene gracia que digas que no es para reír mientras te ríes

En ese momento ambos rieron, ella se quedó mirándole y le dijo:

-Estas cosas son las que hicieron que me enamorase de ti, y ahora que nos hemos desenmascarado tengo que decirte algo:

-¿Qué pasa?

-Sé cuanto quieres a los humanos, se que les defiendes a muerte, para mí son solo comida, se que es duro oír esto, cada uno elige un camino, yo elegí ser carnívora, lo hice para sobrevivir, no me juzgues

-No, todo lo contrario, te considero una persona muy fuerte, no creo que cualquiera pueda expresarse así y aceptarse, y además, comerse a una persona, guau, hay que tener valor, todavía no entiendo como lo hacéis parecer fácil.

-Gracias, y no, no es fácil, pero hay que sobrevivir, y solo por querer tener una buena alimentación ya he tenido problemas con la policía.

Apenas puedo salir a comer tranquilamente sin temer que me sigan o algo así, de modo que quería darte el violín, es cuestión de tiempo que me cojan, y no quisiera que se rompiese ni nada por el estilo, de modo que aquí tienes

-Es un regalo, Silvia, no me lo puedes devolver así sin más

-Le tengo mucho cariño, pero quiero dártelo, se que le darás buen uso.

-¿Buen uso?

-Sí, ya lo comprenderás

-¿Por qué nadie me cuenta anda nunca?

-Todo a su debido tiempo Irslan

-Está bien...

-Creo que debería ir yéndome ya

-¿Por?

-Me van a cazar hoy, lo he oído en la radio de un policía

-Pues, ahora que lo sabes, puedes huir

-¿Huir? Estoy cansada de correr y esconderme, no Irslan, esta vez se acabó, acepto mi destino, llevo evitando esto mucho tiempo, ya es hora

-Huye, por favor te lo pido, no dejes que te maten, Silvia, por favor

-Irslan, he hecho muchas cosas, y ahora toca que se las cobren, es lo justo

-¿Y que más da? Huye una vez más

-¿Sabes a cuantas personas he matado? ¿Cuántas familias destrozadas? ¿Cuántos niños y niñas huérfanos?

-Da igual, puedes empezar de nuevo, como si nada hubiese pasado

-¿Tú crees?

-Sí

-¿Y lo creerías sabiendo que maté a los padres de Ana?

En ese momento Irslan miró hacia abajo, esa pregunta era muy difícil, no se esperaba que hubiera sido ella la causante del sufrimiento de Ana, en ese momento ella le agitó cogiéndole de los hombros y le dijo:

-Responde ¿Tú crees?

-No, no lo creo...

-¿Tienes idea de cómo me siento por ello? Cada día me machaco a mí misma por lo que hice, y como Ana hay muchas más víctimas, de modo que creo que ya está bien Irslan, ya está bien de hacer sufrir a la gente ¿No crees?

En ese momento se pudo observar cierta locura y desesperación en los ojos de Silvia, aquella expresión se le quedó grabada a Irslan en la mente durante mucho tiempo.

-Irslan, la cagué yo, de modo que asumiré las consecuencias de mis actos, te parezca bien o no, es mi decisión

-Lo entiendo Silvia, y si es lo que quieres... No puedo decirte otra cosa que adelante y que te apoyo

-Solo quiero que me hagas un último favor, antes de morir quisiera que cuidases bien de Ana, y que le cuentes lo que te he dicho

-Lo haré Silvia

-Te lo agradezco mucho Irslan, y siento los quebraderos de cabeza que he causado

-Siempre los has causado. Dijo riéndose

Ella se acercó, le dio un beso en la mejilla, y se marchó a casa

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now