Capítulo 30: "Un lobo con corazón de cristal"

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-Si no quieres las galletas me las comeré yo

-Tú sabrás, me has ayudado, de modo que te las puedes quedar

-¿De verdad?

-Sí, todas tuyas

-Perfecto, son mis favoritas

Acto seguido abrió el paquete de galletas y empezó a comérselas todas, estonces Irslan le preguntó:

-Oye... ¿Qué eres?

Ella le miró de una manera muy extraña, dejó de comer galletas y le dijo:

-Buena pregunta, yo intentaba saber que eras tú, pero tu olor es extraño, no consigo saber si eres un lobo o un humano ¿Me puedes decir porque?

-Si supiese la respuesta te lo diría, ahora responde a mi pregunta ¿Qué eres?

-No se que soy...

-Tienes el pelo blanco, los ojos rojos, y una ropa muy ligera para el frío que hace...

-¿Y a ti que más te da mi ropa?

-Nada, no quisiera que se constipase mi salvadora, toma, mi chaqueta, te la puedes quedar, ahora si no te importa voy a recoger a mi compañero.

-No me digas que aquel humano que está ahí tirado es tu compañero...

-Lo era, hasta hace unos minutos, pero no quiero que le pase nada malo

-¿No te lo vas a comer?

-No

-No me lo puedo creer, sabía que eras algo raro

-Le dijo la sartén al cazo

-¿Sabes? Hay una expresión que se usa mucho por aquí

-¿Cuál?

-Eres un lobo con corazón de cristal

-¿Y eso que significa?

-Significa que eres un lobo, peleas y tienes tu instinto animal, eres solitario, todo lo que conlleva ser un lobo, pero con respecto a los sentimientos eres un humano, por eso el corazón de cristal, frágil, pero bien protegido ¿Me he explicado bien?

-Si, supongo que si, no te has reído de mí, ni me has atacado, se puede decir que has tenido una reacción "humana" entonces... ¿Eres una loba con corazón de cristal?

Sandra se puso roja durante unos breves segundos y dijo:

-Gracias por la chaqueta Irslan

Después de aquello se marchó dando un salto gigante.

Irslan se quedó mirándola, su pelo ondeaba por el viento, desapareció rápidamente, y no supo más de ella.

Un poco maltrecho se dirigió hacia Lloko.

-No se que hacer contigo... Te dejaré en algún lugar seguro

Al cabo de unos días Lloko despertó, y como si nada le hubiese pasado se levantó y agradeció a Irslan aquel gesto:

-Gracias...

Irslan se hizo el sordo y le dijo:

-Ha sido un placer luchar a tu lado, pero se acabó esta tregua, ahora si no te importa me voy.

-Ha sido un placer para mi también, Irslan

-¿Si?

-Puedes quedarte a Yukimura

-Esa espada mola demasiado, gracias

Guardó la espada, o como los humanos dicen "El artefacto"

-No me las des, algo me dice que volveremos a luchar juntos, aunque sea una vez más

-La vida da muchas vueltas ¿No crees?

-Si, un día estás aquí y al siguiente... Bueno, buena suerte

-No la necesito, y deberías dejar de fumar...

-Já, lo dejaré cuando muera, y me resulta muy extraño que un lobo pueda activar un artefacto, está diseñado solo para que los humanos los activen, pero bueno, dejémoslo en curiosidades de la vida. ¿No crees?

-No me gustaría ver tu muerte, colega... Y si, es extraño.

Acto seguido se marchó sin decir ninguna palabra más, los pasos le alejaban de su antiguo aliado, ahora su objetivo era encontrar a Jason y hacerle pagar la paliza que le metió anteriormente.

No tenía tiempo para amistades con gente, y menos con un policía que podría traicionarle en cualquier momento...

De modo que se subió a la azotea de un edificio, aquel lugar era perfecto para estar en solitario y reflexionar:

"¿Por qué me convertí en esto? ¿Qué quiere y de donde sale Jason? ¿De donde salieron esas galletas? ¿Hice bien en separarme de Lloko? ¿Qué tal estará Ana? Pff fijo que se mosquea cuando me vea...

En fin... ¿Y Sandra? Esa chica... esconde algo, no es como el resto de licántropos con los que me he encontrado se podría decir que es..."

-Diferente

-¿En que piensas Irslan?

-¿Sandra?

-La misma, oye ese maletín es muy chulo ¿Qué lleva?

-Nada que tú puedas usar

Se acercó al maletín y activó la espada, Irslan se quedó sorprendido, se suponía que solo los humanos eran capaces de usarlo, Irslan era una excepción, ella al verle la cara de sorpresa le dijo:

-Oye pues he podido, subestimas mi inteligencia, por cierto ¿Qué haces aquí?

Irslan intentando disimular aquella sorpresa le dijo:

-Nada, suelo venir aquí a pensar

-Yo también...

-¿Y en que pensabas Irslan?

-En nada...

-Bueno, ha sido una charla productiva ¿Sabes una cosa?

-¿Si?

En ese momento Sandra miró fijamente a Irslan, con un aire misterioso que inundaba la escena, una pequeña brisa mecía su pelo y lo hacía ondear de una manera hipnotizante y relajante, esta se arregló el pelo, y tras una breve pausa le dijo con una pequeña y tímida sonrisa:

-Creo que no eres como el resto de lobos, tienes algo que te hace diferente, solo quería que lo supieras

-Yo... no se que decir

-No digas nada, solo disfruta del momento, me voy, hasta otra

Pegó otro salto y desapareció en la tremenda oscuridad de la noche, y a lo lejos, el brillo que desprendía la luna mostraba la silueta de un lobo aullando, el eco de este rompió el silencio de una ciudad que aparentemente parecía tranquila...

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now