Esa noche, Xylia nunca olvidaría esa noche, en la que los habitantes del bosque salieron a celebrar sus rituales sagrados hacia los dioses con sus danzas tradicionales pero todo colapsó con la llegada de ese monstruo que la reclamó a ella ¿ y qué oc...
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Neith
—¿Qué tipo de pacto quieres realizar? —esbozó la brujita que yacía desnuda sobre mi cama, después de inhalar el humo de la pipa que tenía escondido en uno de sus pequeños bolsos.
—Uno en el que salgamos ganando ambos —acabé diciendo yo centrándome en la pared del fondo.
Todo lo que pasó fue consensuado, pero sin deseo. Todo tenía su fin y después de que ella cumpliera con su parte del trato y me curara las heridas de mi espalda aunque el veneno no pudo eliminarlo. Aún seguí dentro de mi sistema sanguíneo y por lo que pude notar, es que la fiebre sería mi peor adversario. Mi temperatura corporal era demasiado caliente, tanto que solo hacía que sudar y sudar. Todo daba vueltas y después de haberme acostado con Zawna, nada había cambiado. El acto había sido muy hostil, nada amoroso. Sexo sin cariño.
No supe porqué ella quería aliarse y estar con un humano pero me daba igual, yo quería largarme de aquí y recuperarla. Pero sería un camino largo y costoso, el cual debería venderme y hacer cosas que detestaría, sin embargo todo tendría su recompensa.
—¿No vas a preguntarme sobre mi madre?
Exhalé profundamente. No era mi intención porque la verdad, no quería tener nada que ver con ella. Ni la menor relación, a parte de engañarla.
—No tengo porqué preguntarte —solté sin pensar.
Ella soltó una pequeña sonrisa.
—Es más, en realidad, no tengo nada que ver contigo —dije ahora con dureza y seriedad.
Ella volvió a inhalar ese humo. La diversión se evaporó con rapidez y la tensión se volvió a instalar en la celda.
—Sé que tramas algo —dejó salir ese humo de la boca. Después volvió hablar— Y soy la persona correcta si quieres salirte con la tuya.
Dejé escapar una pequeña sonrisa irónica.
—Deseo escaparme y sacar de aquí a Xylia —confesé sabiendo que ella ya debía de haberlo sabido. — Y si quieres contárselo todo a la Bruja Roja, me da igual. Sé que tienes una conexión con la Bruja Roja, y que debes ser importante para ella pero es más importante lo que tramas tu entre manos, brujita.
—Eres realmente inteligente y observador —alagó ella arrastrando las palabras de una forma poco seria. —Aunque aún estás lejos para descubrir la verdad.
—¿Ah si? —dejé escapar una leve sonrisa — Pues temo que estoy delante de una traidora, ¿no es así?
Escuché como se removía a mi lado. Finalmente, se recostó sentándose a mi lado, su brazo desnudo rozó el mío.
—No soy una traidora —contestó ofendida.
—¿De verdad crees que me trago tu estúpida excusa para hacer un pacto conmigo? —pregunté ahora girando mi cabeza para observarla. —Una bruja como tu con tanto poder, no se rebajaría a acostarse y a aliarse con un humano sino fuera por un tema realmente valioso.
