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Seducción Virtual


Apagué la luz, me tiré sobre la cama y me puse los audífonos. Disfruto mucho de escuchar música antes de dormir. Pero ese día no parecía que fuera a dormirme. Abrí el spotify y empezó la reproducción instantánea. 

—Ya casi te gradúas —escribió ella. 

La chica de cabello teñido de rubio, con grandes piernas, y medias de malla al parecer estudiaba Química en la única universidad pública de esta insípida ciudad que me hacía sudar, o era ella. No lo sé. 

—Sí, muy pronto. A partir de allí, la vida se resume a una sola cosa —escribí.

—Trabajar. 

—Pensaba decir, dormir y follar. Pero eso también. 

—Eso se podría si tuvieras la vida resuelta —y envió un tonto emoticón. Como odiaba los emoticones, le quitan seriedad a las conversaciones. 

—"jajajaja" —coloque porque no sabía que más responder. Las risas son siempre la respuesta acertada a momentos incómodos. Y no porqué ella estuviera diciendo algo malo, sino por mí, que vivía con mi hermano y no tenía ni la más remota idea de que iba a continuar después de recibir el certificado que constataba que gaste 50 millones de pesos en cinco años, para tener un titulo sobre temas que bien se pueden aprender por si solo. 

Sin embargo, deje de ponerme existencia y continué el cuestionario. Quería llegar rápido al momento que deseaba.

—¿Qué música escuchas? —le pregunté.

—Me gusta mucho Iron Maiden, también Megadeath, y bueno. El metal en general.

Y empecé a sentirme raro mientras ella contestaba, pues de mi reproductor salía la canción de Zion y Lenox, "Otra vez"...  De hecho, estaba cantando mientras esperaba la respuesta:

«Hoy vuelve a parecer bajo la luna llena sirena. Revivir esto es un placer. Baila que la noche es tuya, que el ritmo influya. Ponle picante, que el amor fluya. Y nos dimos cuenta que no había un final, esto no tiene porque terminar»...

  — ¿Y tú que música escuchas? —escribió mientras contemplaba mi lamentable influencia musical. 

  —Me gusta también Iron Maiden —mentí. 

Luego me reí. ¿Hasta donde estaba llegando? Definitivamente no le mentiría a la mujer con la que esperaba encontrar el amor, una relación, quién sabe, hijos también. ¿O sí?... Que era lo que realmente quería. 

Sexo... Sí, eso quería.

—Oye...  me gustan las medias que usas —insistí en rescatar la situación de conversaciones que puedo tener en el Bar con mis amigos.

—No siempre las uso.

—Deberías. Te quedan muy bien. 

—Quizá un día me las ponga para verte —escribió y yo sonreí. Ella ya estaba donde quería. 

—¿Y es que no la tienes puestas ahora? —pregunté.

Ella envió risas, y esa era la señal que estaba buscando. 

El resto de la noche fue historia. Sin embargo, descubrí que le gusta la ropa interior corta que le permitan mostrar las nalgas. Y vaya nalgas que tenía Antonella. Sí, así se llamaba la chica de facebook. 

Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now