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Errores, Humanos y Penes.


Los recuerdos que tenía de Annie era de una chica gruñona y bastante intensa. De mi estatura, y no soy la persona más alta del mundo. Daniel me la presentó hace tantos años, mucho antes de iniciar nuestras carreras universitarias. Y desde entonces, han estado juntos. En ese momento de mi vida, eramos muy diferentes, tanto física, como mentalmente. Por un instante, me di cuenta que esa mujer despeinada, con ojeras, y más angustiada que cualquier cosa, no era aquella mujer que conocí hace tanto tiempo. También, pude ver en sus ojos a alguien más. 

Veía en sus ojos a Karold, Annie me la recordaba, a mi mejor amiga. De las dos,  Karold siempre había tenido más valor para mí, por eso se convirtió en mi mejor amiga y ella en la novia de mi mejor amigo. Nada más que eso. Amigos, sí, tal vez. Pero siempre sería "La novia de mi mejor amigo".

Ahora, vaya... 

Había descubierto que Annie no tenía tanto valor para mí. Era simplemente el complemento de las dos personas que yo más quería en el mundo (Claro, después de mi familia, a la cual, no frecuento mucho). 

—Yo no estoy enamorada de ti —dijo Annie repentinamente.

Ambos estábamos en la sala de mi apartamento. Le había preparado una agua aromática para que se tranquilizara un poco. Y le había propuesto quedarse, si lo que necesitaba era compañía. Este tal vez, fue el primero de muchos errores.

—Lo sé. Tú corazón está con alguien que conozco desde niño. 

—Yo ya no sé si quiero estar con él.

Yo no dije nada.

—Jack, pero siento algo que había olvidado hace tanto tiempo —continuó ella. Dejo la taza con el agua aromática en la mesilla—. Ese deseo, esa pasión...

¿Eso era una propuesta para tener sexo?

Vamos pene, no te emociones, quédate en tu jodido lugar. ¡Es Annie!

Y luego estaba esa tonto problema que tienen las mujeres cuando sus relaciones están quebradas. Buscar consuelo en otros hombres. No era la primera vez, que algo así pasaba. 

—Yo no te estoy pidiendo que te cases conmigo —susurró—. Y sé como tú, lo malo que debe ser lo que estoy diciendo. Pero quiero sacarme a Daniel por unos instantes de mi cabeza —una lagrima se asomó por los ojos.

Yo sólo la miraba, con la mandíbula tensada y los ojos llenos de lujuria.

¡Hijo de puta pene!

—Sólo quiero averiguar que pasa... 

—Soy tu escondite Annie, un día tarde que temprano, tendrás que darle la cara a la situación —respondí sin dejar de sentir cierta pena por ella. Sin embargo, en el fondo de mi perverso, y oscuro corazón, deseaba que pasará. Quería que ella fuera también una de mis interminables experiencias. 

—Que sea tarde entonces...

Y allí, en el sofá, debo decir que por respeto a mi mejor amigo, no describiré como tuvimos sexo sin pudor. Sin importar que mi hermano llegará en cualquier momento. Sólo quería estar allí en medio de sus piernas... 

Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now