28

1.1K 90 7
                                    

Golpe de Cara


—Es Daniel —dijo mirándome muy asustada, como si estuviésemos escondiendo algo—. Ocúltate...

—Annie abre por favor, sé que estás allí. Me encontré con Karold afuera —volvió a hablar Daniel detrás de la puerta principal.

Con que por eso había estado llamando. Quería advertirnos de la sorpresiva visita.

—Oye, cálmate —le dije—. Ustedes terminaron y todos somos amigos. No hay nada de malo con que yo esté aquí.

Me levanté para abrir la puerta, y ella me tomó de la mano impidiéndome avanzar.

—Yo lo hago —dijo.

Se levantó, caminó con gracia hasta la puerta y abrió.

—Podemos hablar —Daniel parecía un poco consternado y con cara de pocos amigos. Como si no hubiese dormido mucho. Luego miró a través de ella y pudo verme allí en la sala. Un poco despelucado—. ¿Qué haces aquí? —inquirió.

—Visitando a una amiga —respondí con seriedad.

Daniel soltó una carcajada sarcástica.

—Jamás en tu vida habías estado aquí antes. Crees que voy a creerme esa mierda —su voz parecía amenazante.

—Tranquilízate —le pidió Annie.

—No, déjalo. Tiene razón, no tengo porque estar aquí —dije mientras avanzaba para irme pero Daniel se interpuso justo cuando llegue a la puerta.

—Sabes qué, quédate tú, seguramente Karold también pensó que sobraba esta noche ¿verdad? —mi mejor amigo me miró con unos ojos que no le había visto nunca, luego fulminó con la mirada a Annie, que se sintió ofendida y corrió a encerrarse en la habitación, ambos la escuchamos llorar.

Él de tanto, dio media vuelta y se marchó justo después de diez segundos incomodos donde no sabía que decirle.

—Iré a hablar con él —le dije a Annie a través de la puerta. 

Ella no respondió.

Suspiré y salí del apartamento, seguí a mi mejor amigo hasta alcanzarlo algunas cuadras más lejos de donde vivía su exnovia.

—¿Qué pasa contigo? —lo cuestioné con firmeza.

—No te me acerques o te rompo la cara —me amenazó—. Te conozco más que cualquier persona. Sé porque estabas allí. Es la misma razón por la que no tienes amigas. Te las quieres tirar a todos, incluso, a las que por principios debías alejarte. Te cagaste la relación de Karold con tus misticismo, y ahora no permites que yo esté con la mujer que amo.

—Debiste pensar en eso antes de dejarla —respondí defendiéndome—. El amor no se resume en un anillo de compromiso, pero eres tan estúpido que la abandonaste por no seguir una loca idea romántica de telenovela. Ha sufrido por tu culpa, a estas alturas seguramente ya no la mereces.

Justó en ese momento sentí como su puño chocaba en mi cara haciéndome sangrar la nariz, callando mis acusaciones de golpe.

Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now