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¿Matrimonios? 


Annie se había quitando la ropa y estaba decidida a entrar al mar a tan altas horas de la noche, quería ahogarse o morir de hipotermia, aún no lo tenía claro. Pero debo decir que su cuerpo en ropa interior era despampanante. 

Si eso era lo que tenía Daniel todo el tiempo, era bastante afortunado.

—¡Pero qué mierda haces Annie! —gritó Karold y fue tras ella, logró alcanzarla y detenerla cuando se zambulló en el agua, impidiendo que la locura que estaba a punto de hacer, terminará tan rápido como empezó. 

Ambas salieron empapadas, y yo fui a su rescate (en realidad solo les pase la ropa y mi suéter). Annie volvió a vestirse sin dejar de llorar, y luego nos tiramos en la arena de la playa muertos de frío. 

—Perdiste la cabeza o qué —le preguntó Karold bastante enfadada.

—No, he perdido el corazón —respondió ella y contempló el horizonte como si toda su vida le deparara un misterio absoluto. 

—¿Qué demonios ha pasado? —ya no pude aguantar más las ganas de saber e ignoré la mirada desafiante de mi mejor amiga. ¡Que se fuera a la mierda! No era mi culpa que su relación hubiese sido un fiasco.

Annie me miró con sus ojos aguados y volvió a estallar en llantos.

—Daniel me ha pedido matrimonio y no esperaba que le dijera que no —contó mientras se ahogaba en mocos—. Ha dicho que después de tantos años no podía creer que nuestra relación fuera un juego de niños. 

Yo me quedé estupefacto y Annie continuó chillando con más fuerza.

—Jack siempre eres muy perspicaz —susurró Karold mientras abrazaba a su amiga, a sabiendas de que no debía haber preguntado nada.

Ambas tenían el pelo mojado y yo sólo pude quedarme viendo la noche sin estrellas mientras el frío recorría cada poro de mi cuerpo. No podía creer que Daniel hubiese dado ese salto, y mucho menos que Annie se hubiese negado a darlo cuando parecía todo lo contrario siempre. Pero lo más asombroso aún, es que mi mejor amigo hubiese decidido mandar todo a la mierda porque su novia de siempre, le hubiese frustrado su más ilusorio sueño. La pregunta que me hacía, era desde cuando él había estado pensando en semejante tontería. 

—¿Y tú, quieres casarte también Jack? —me preguntó Annie con la cabeza recostada en los hombros de Karold intentando recuperar la cordura.

Yo lo medité por un momento sin dejar de ver como le temblaban los labios por el frío y el pelo húmedo se le pegaba en la frente.

Suspiré. 

—Casarse es una tontería después de todo ¿no? —respondí y le regalé una sincera sonrisa. 

Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now