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La Revelación


Aparte su cara de la mía. Mis ojos lo miraban desconcertado, y mis labios se fruncían completamente. No me había desagradado en realidad aquel beso con Anderson, me sentía extraño, un poco vulnerado y bastante maricón. Pero no sentía asco, repudió, y mucho menos desprecio por el chico frente a mí que me miraba fijamente con seriedad. 

Ninguno de los dos decía nada. 

—Lo lamento —finalmente quebró el silencio el hombre bien vestido frente a mí—. Pensé que te gustaban los hombres... 

—Pensé que los ojos de loca no se equivocan —bromeé intentando romper la tensión. 

Él no se rió y en vez de eso, contempló de nuevo el océano frente a nosotros. 

—Debería irme —dijo. 

Yo lo retuve.

—Oye, lo lamento... no sé que decir, ni siquiera como sentirme.

Entonces, lo pude ver sonreír. Disfrutaba de mi duda. Sospese la idea de que era de esos homosexuales, si es que lo era, podría ser también bisexual, que se yo, con tantas mierdas que existen hoy en día... bueno, volviendo al punto, sospesé la idea de que tal vez, era de esos altruistas sexuales que le gusta transformar a los heterosexuales que les gustan en piezas como ellos.

Luego me resultó un poco homofobico mi pensamiento. 

—A veces lo que estamos buscando no es lo que convencionalmente todos tienen —dijo con una risita. 

—¿Tú sabes lo qué estas buscando?

—Claro que sí. Yo estoy buscando que cada día en el que me levanté me sienta bien conmigo mismo.

—Debe ser muy dificil con tanto prejuicio. 

—No, lo dificil es enamorarte de una persona que cree en esos prejuicios.

Me quedé helado.

—¿Estás...? —susurré.

Él se cagó de la risa. 

—No eres el primer hombre que me gusta Jack.

Se levantó, se despidió, y se fue. 

Yo me quedé en la caseta de los salvavidas pensando en el beso, en que si realmente tenía razón y todo lo que yo estaba buscando era un hombre. Pero esperen, ¿debía ser precisamente el hermano de la chica que me había cautivado repentinamente? 

Suspire. 

Ahora no tenía ni puta idea de lo que quería en mi vida. Pero una cosa si era clara. En la vida, cualquier cosa podría pasar, sorprenderte, desconcertarte y ponerte el mundo de cabeza. En especial, porque a una persona como yo, que ha estado cuestionándose todo en la vida. Preguntarse que tipo de persona en realidad le gusta, era muy difícil.

Sin embargo la respuesta era clara. No se debe distinguir nada si se trata de amor.

Y ese era el problema. Amor no había en mí. Al menos no para él. 


Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now