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¿Estás seguro? 


Necesitaba un respiro, después de tener tan cerca a Annie por un par de canciones más. No existía nada más allí con nosotros. Me temblaban las manos y podía ver como vibraba el vaso de agua que sujetaba. 

En realidad estaba asustado. 

—No sé en qué estarás pensando —me interrumpió Karold, que hacía mucho no se dirigía con tanta delicadeza a mi persona.

Volteé a verla y tenía la cara consternada y se atisbaba entre sus ojos la preocupación.

—No pienso en nada —contesté.

—Deberías —continuó ella y se acercó a mí. Tomó el vaso de agua de mis manos y la puso sobre el mesón de la cocina. Ambos escuchábamos cantar a Annie en la sala, no sé si estaba totalmente ebria. Pero si completamente desinhibida. 

—¿Por qué? —continué con la conversación.

—Porque cuando yo te conocí, tú relación con las mujeres era pasajera. No tenías amigas, lo único que en realidad tenías estable en tu vida, era tu familia y a Daniel. Y él ahora ni siquiera está aquí. 

—¿De qué hablas Karold?

—Que está es la razón por la que no conservas a las mujeres que te gustan. Porque ellas se vuelven experiencias mundanas y pasajeras. Por todo el tiempo que hemos compartido todos, hemos sido amigos, sé lo importante que somos para ti. 

Tragué saliva y la miré. Ella había estado allí, podría haberse dado cuenta de la tensión sexual que había en la sala hace un rato mientras bailaba pegado a Annie, la ex novia de mi mejor amigo, y mi amiga también. 

—No sé que tan importante sea ella para ti, pero si vas a continuar con esto debes saber que después de lo que hagan, no quedará nada, será parte del pasado mañana. A menos de que entre ustedes exista amor de verdad. 

Bajé la mirada.

—Y cuando hay ausencia de amor romántico entre una mujer y un hombre, no queda nada más que una anécdota, mientras que cuando tienes ese amor por una amistad, no será una cuestión que termine al abrir los ojos. Porque es un atributo que existe meramente en el presente. Los amigos estamos aquí, ahora, y siempre. 

—Pero... —ella puso los dedos en mis labios y me calló.

—Me voy porque sobro aquí está noche. Pero tenlo en cuenta, en el momento de tomar una decisión ahora. Guardaré tu secreto, y el de ella. Pero pregúntate que es Annie para ti. Una más de tus conquistas desastrosas, o una amiga de verdad.

—Estoy cansado de estar en la friendzone —refuté.

—Ella no existía en tu radar hasta hoy porque tenías muy claro desde mucho tiempo atrás, que sería ella en tu vida.

Tras las últimas palabras Karold desapareció de la cocina, la escuché despedirse de Annie, abrir la puerta e irse. Minutos después entro la chica de cabello castaño liso, con ojos grandes, y miel, con la blusa a medio desabotonar que dejaban entre ver su sostén y los redondos senos que se escondía en ellos. 

—¿Está todo bien? —me preguntó entornando las cejas.

Y la verdad, la erección de mi pantalón no había desaparecido. 

Friendzone: Una tonta historia de AmorWhere stories live. Discover now