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Los lunes eran sus días favoritos por el simple hecho de que vería a sus amigos de nuevo aunque siempre se preguntaba si realmente podía llamarlos amigos, bueno, ahora realmente tenía un amigo así que solo iba a llamarlos compañeros.
Le gustaba oír las risas de las porristas y admirar el amor de las parejas en la mesa, le gustaba el almuerzo de la cafetería o tal vez era el compartir el almuerzo con alguien, le gustaban sus clases, a Daisy le gustaba la escuela.
Se colocó su chaqueta habitual de jean, aquella que aun le quedaba a pesar de haberla comprado cuando tenía trece años, colocó su brillo labial y se puso su perfume de frambuesa. Se miró por últimavez en el espejo, aquel que tenía la únicafoto familiar en la playa, una falda color rosa y una remera de tiras blancas con sus medias del mismo color y zapatillas altas. Se dió media vuelta y apresuró el paso cuando oyó la bocina del autobus escolar, tomó su mochila amarillo pastel y caminó escaleras abajo.
Su madre seguía durmiendo y no quiso despertarla, había llegado a la una de la mañana. Tomó sus llaves y cerró tras abandonar la casa.
Saludó sonriente al chófer el cual la recibió con un amable "buenos dias", miró a las chicas que se encontraban a mitad del autobús las cuales saludaban con sus manos y sonrisas, otra razón por la cual le gustaba ir en autobús en vez de manejar.
Tras tomar asiento y comenzar a parlotear no fue capaz de notar cuán rápido había sido el trayecto. Así que ahí estaba, en la entrada de la escuela riendo de la estupidez que Jason había dicho junto a su novia, Chrissy.
Jason y Chrissy eran pareja desde hacía ya dos años, eran lo más dulce de todo el mundo y aunque parecían un cliché andante ellos realmente se amaban y estaban esperando impacientes el fin de la escuela para casarse e irse a vivir juntos. Ellos dos prácticamente habían adoptado a Daisy como hija, la cuidaban y escuchaban.
-De acuerdo, tengo que ir a entrenar, el partido no se ganará solo - sonrió engreído el rubio para depositar un beso en la frente de su novia - Chrissy bebé, te amo - la susodicha sonrió enamorada, aquella sonrisa que llegaba a sus ojos unicamente cuando veía al amor de su vida-.
-Son tan empalagosos - habló Rory, amigo de Jason, el resto del grupo rió y asintió-.
El timbre interrumpió el insulto que el rubio iba a responderle dándoles a entender que debían presentarse en sus clases, la morena junto a ella tomó del brazo de la rubia y se encaminaron hasta la clase de matemáticas.
