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La vista del grupo estaba reposada sobre ella, algunos la miraban con lástima, otros con preocupación pero todos coincidían con lo mismo: ¿por qué no había dicho que habíaoído el reloj?
Eddie estaba junto a ella, sus manos estaban juntas, y su vista estaba enfocada en su rostro, justo frente a ella estaba Robin con los brazos cruzados.
Ella los sentía pero tenía su mente, su vista, toda ella sentia que estaba pérdida. Pérdida en el recuerdo, pérdida en la sensación, pérdida en su imaginación, todo lo que le había mostrado podía ocurrir, ¿y si su madre terminaba igual que Chrissy? Ella no se había preocupado por ir hasta su casa, o en llamarla o algo, estaba siendo egoísta e impulsiva.
-Necesito ver a mi mamá- murmuró para levantar su vista a Nancy y Steve -.
-No creo que sea buena idea - le respondió la chica -.
Bufó para tirar su cuerpo hacia atrás, apoyándose en un viejo sillón que olía a encierro y grasa mecánica. Nancy comenzó a explicar porqué era mala idea mientras que Max y Eddie la contradecían, dándole soluciones, a ello se sumó Lucas y Dustin defendiendo la postura de Nancy, mientras que Steve solo observaba a la rubia.
No esperó más y se levantó de su lugar logrando que todos callaran, bajo la vista de todos se encaminó hacia la salida, oyendo los pasos del grupo.
-¿A dónde vas? - preguntó Robin -.
-A casa - no volteó a verla, abrió la puerta - A mi casa, a ver a mi madre - miró fijo a Nancy - Lo siento Wheeler, pero, no sabes las cosas que me hizo ver, eran cosas horribles - su voz se rompió- y necesito saber que mi madre está bien - comenzó a caminar sin dirección, completamente desorientada y con sus ojos entrecerrados por la luz del sol-.
-¡Daisy! - llamó Nancy, sostenía la puerta con su mano, dejando ver solo su rostro - Ven - la miraba desde la puerta, completamente nerviosa, la rubia solo se quedó ahí mirándola-.
La puerta se abrió por completo, el rostro de su novio la miraba con el ceño fruncido, salió hasta el primer escalón pero no fue hacia ella.
-Daisy, ven - la llamó- solo - suspiró - explícanos qué está sucediendo y te ayudaremos - extendió su mano -.
Se sentía extraña, su cuerpo estaba ahí pero sentía que no obedecía a lo que ella quería hacer. Sin embargo volvió, caminó hacia él y tomó su mano, mirándolo a los ojos, rogándole con la vista, suplicando poder ver a su madre, poder saber que todo estaba bien.
