La maldición de Vecna (parte dos)

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Comenzó a llorar, asustada, aterrada por la inmensa oscuridad que la rodeaba, sentía que el suelo estaba mojado, como si estuviese sentada sobre un charco

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Comenzó a llorar, asustada, aterrada por la inmensa oscuridad que la rodeaba, sentía que el suelo estaba mojado, como si estuviese sentada sobre un charco. Cuando de pronto una luz roja se encendió en un punto lejano, temblando y sollozando, limpio su nariz con su mano y comenzó a caminar hacia allí.

Una puerta, una puerta color rojo, se encontraba cerrada. Agarró el picaporte para poder abrirla, fracasó. Golpeó frustrada la puerta, insultando, para luego patearla logrando que se abriese, no se veía nada dentro, pero oía, oía a su madre llamarla y a su padre reír, y cuando quiso acordar, estaba dentro.

Sin embargo, sus padres no estaban allí y no era una habitación en sí. Había Había escalera, demasiado empinada y vieja, su entorno era como el otro lado, pero todo era tan rojizo y olía a metal, a sangre, quiso hacerse para atrás pero chocó con la puerta que ahora estaba cerrada.

-¿Daisy? - oyó la voz de su madre -.

Bajó un escalón, mirando a sus costados, no había mucho que reconocer salvo las mismas enredaderas.

-¿Daisy? - La voz de su madre se deformó-.

Dos, tres, cuatro escalones más y gritó, gritó aterrada cuando las enredaderas ahora eran pilares con cuerpos: Barb, Fred, Chrissy, la chica del bosque, y en el último que se formaba, su madre.

-Daisy - la llamaba débil-.

Terminó de bajar las escaleras corriendo para llegar hacia ella, intentando quitar las enredaderas que rodeaban el cuerpo moribundo de su madre, pero mientras más intentaba, más se enredaban. Sintió calor y humedad en sus manos, asi que bajó la vista a ellas, encontrándose con sangre, demasiada sangre. Volvió a gritar, cuando levantó la vista su madre no estaba, sino que una puerta vibrante la llamaba, volvió a mirar sus manos las cuales ahora estaban limpias y cuando quiso acordar, estaba dentro de una casa que no conocía.

-¿Qué opinas? - un hombre de sombrero habló-.

-Wow -le respondió una mujer -.

-Es increíble- entró sonriente una niña- parece un cuento de hadas - volteó feliz a sus padres, no sabía como pero ella sabía que eran sus padres-.

Daisy estaba allí, frente a ellos, observando la escena pero parecía que ellos no notaban la presencia de la rubia.

La niña corrió escaleras arriba, "¡es tan grande!" bajo los reproches de su progenitora. Volvió a mirar hacia el matrimonio, tras ella había un niño, se notaba afligido, se encaminó hacia él cuando estaba a solo unos pasos de distancia, el niño la miró para soltar un "Daisy" con el mismo tono de voz de su madre.

DAISY DAISY ~ Eddie Munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora