35-No te separes de mi

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*Gavi*

No pude evitarlo, y solo me calmé cuando la escuché suplicarme que lo soltase que era su padre y el mió agarró mi brazo mientras la abrazaba a ella.

Me acerqué a ella tocando su mejilla roja por el golpe que había recibido y la abracé contra mi.

-Esto no va a volver a pasar, ya no más-le aseguré acariciando su pelo mientras intentaba internamente calmar mi rabia.

Su padre se levantó del suelo tocando su pómulo y miró a su hija arrepentido, parecía que mi puñetazo le había bajado la borrachera de golpe.

-Dalia..-dijo intentando acercarse a ella con arrepentimiento en la mirada y yo la puse detrás de mi protegiendola.

-Ni la mires-le escupí con asco.

-Hija no quería hacerte daño, sabes que nunca te he puesto un dedo encima, no...-lo corté.

-Cállate si no quieres que te rompa la boca-le dije con rabia y me giré encontrándome con los ojos rojizos de mi preciosa rubia.

La pegué a mi cuerpo y subí las escaleras con ella de la mano.

La metí en mi habitación y una vez dentro miré su pómulo.

-¿Te duele?-le pregunté y ella apartó mi mano haciendo una mueca de dolor.

-Hay cosas que me duelen más que el golpe-me susurró.

-Dalia, esto es inaceptable, que sea la última vez que te toca, o lo denunciaré yo mismo-le dije serio y ella asintió abrazándome con lágrimas.

-Porfavor no te separes de mi-me pidió con la voz entrecortada hundida en mi pecho.

-No lo voy a hacer preciosa,nunca-le aseguré apretándola más contra mí.

Esa noche no pegué ojo por mucho que lo intenté, a Dalia le costó muchísimo quedarse dormida también, pero después de varias horas intentando relajarla con caricias suaves conseguí que coinciliara el sueño.

No podía parar de pensar, y al final me levanté saliendo de la cama con cuidado de no despertarla cuando vi que empezaba a clarear el dia y andé hasta la habitación de mis padres.

Toqué y fue mi padre el que me abrió con los ojos tan de par en par como yo, y detrás de él, pude ver que mi madre estaba exactamente igual aún tumbada en la cama.

-Iba a preguntar si estabais despiertos, pero ya veo que si-dije cuando se echó a un lado para que pasara.

Me senté en la cama mientras mi madre se incorporaba y me fui a buscar cobijo en sus brazos como cuando era pequeño.

-¿no has dormido, cielo?-me preguntó y yo negué.

-¿sigues queriendo ayudar a Manuel después de lo que pasó anoche?-me preguntó mi padre.

-¿Qué harías si fuese yo?-le pregunté y el suspiró sin contestar.

-Mira Pablo, tu madre y yo estamos muy orgullosos de como sois vosotros, no hay día que no me alegre de como os hemos criado-me dijo-y aunque me encantaría echarlo de casa a patadas por como ha tratado a su hija y sobretodo por lo que hizo anoche-cogió aire-le tengo demasiado cariño a esa niña y creo que es la mejor solución, ya que ella no acepta nuestra ayuda-soltó por fin.

-Yo opino lo mismo, no lo haría por él, pero si por ella-me dijo mi madre y yo asentí.

-¿Puedes llevártela de casa hasta la tarde? Voy a llamar a Ivan y quiero reunirme en un sitio donde nadie nos vea, y el mejor creo que es casa-le dije y ella asintió.

-Le diré a leonor y aurora e iremos a dar una vuelta para despejarla también-me dijo con una sonrisa mi madre.

-Gracias..-le dije y la miré otra vez-quería pediros otra cosa-les dije.

-Que cosa-dijo mi padre.

-Después del partido de mañana tengo una semana libre y me gustaría irme a Sevilla con ella....solos-les dije a ambos y una sonrisa se implantó en sus caras.

-Creía que íbamos a bajar en familia-dijo mi madre haciéndose la ofendida y yo sonreí.

-Bueno..podemos estar ella y yo unos días y después bajar vosotros y estar todos juntos-les pedí.

-Era broma hijo, claro que si, os vendrá bien a ambos-me dijo y yo sonreí.

-Le voy a pedir salir-les dije algo tímido.

-Vaya...si que vas enserio-me dijo mi padre y yo asentí.

-Aunque no se muy bien como hacerlo..nunca le he pedido salir a nadie-mi madre rió en mi dirección.

-Pablo, Créeme que conociendo a Dalia no va a necesitar nada especial, simplemente estar segura de que la quieras de verdad-me dijo y yo sonreí nervioso.

Adoraba a mis padres, siempre lo había hecho, siempre lo habían dado todo por mi y por mi hermana y me habían apoyado en todo, gracias a ellos yo estaba donde estaba, por todo lo que se habían esforzado.

Volví a mi habitación poco rato después, necesitaba estar con Dalia cuando despertase, aunque ella no lo sabía anoche no puse la alarma, quería que descansase más.

Me tumbé a su lado y la rodee con mis brazos respirando su aroma, y ella se removió.

-¿Dónde has ido?-me preguntó adormilada girandose en mi dirección.

-Al baño cariño, ¿te he despertado?-le pregunté acariciando su mejilla con suavidad, donde todavía era visible el golpe.

-No estabas en la cama y me ha extrañado que te despertaras tan pronto-me dijo y yo reí.

-¿Estás insinuando que soy un dormilón?-le pregunté con burla.

-No lo estoy insinuando, te lo digo en tu cara-me dijo abriendo los ojos sonriendo y yo reí hundiendo la cara en su cuello.

-Eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida, rubia-le dije y ella llevó su mano a mi pelo acariciandolo.

-Tu si que eres lo mejor que me ha pasado nunca, amor-dijo posando un beso en mi pelo..

(CONTINUARÁ...)

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now