MARATON 2/3:85-Quien menos te esperas

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*Dalia*

El plan era sencillo, asique en cuanto tuvimos noticias de que a Saúl ya lo habían detenido, fuimos hasta la comisaría de policía.

Si yo estaba nerviosa, Gavi lo estaba aún más, se pasaba la lengua por los labios continuamente y cuando parábamos en cualquier semáforo siempre me miraba y me decía "todo va a ir bien", aunque creo que se lo decía más a él que a mi.

Aparcamos y Gavi bajó del coche abriéndome la puerta.

Entramos los dos dentro, y me dejaron pasar a verle cinco minutos, con supervision de un agente, genial.

Él cuando me vió, abrió los ojos como platos.

-¿Qué cojones haces aquí? Esto es culpa de tu padre, y vais a pagar por ello, os lo aseguro, el enemigo es quien menos te esperas-me dijo lleno de rabia y yo le sonreí.

-En eso último tienes toda la razón.

El frunció el ceño mirándome y yo lo miré más detenidamente.

-El enemigo es quien menos te esperas siempre, saúl-le dije mientras él me miraba confundido-fue mi madre la que convenció a papá de que no confiara en tus servicios después de contarle papá sus problemas económicos-inventé y vi como abrió los ojos sin poder creérselo.

-Tu madre y tu padre...-lo corté.

-Están juntos si, juntos y felices, como Pablo y yo, y tú estás aquí, cada uno donde se merece, ¿no crees?-le pregunté para endurecerlo y el dio un golpe en la pared cabreada.

-¡Lárgate de aquí!-me gritó perdiendo los nervios, lo había conseguido.

No dije nada más, porque sabía que él mismo cantaría haciendo caer a mi madre y echándose más mierda él encima.

Salí de ahí algo exaltada, había mantenido la compostura para que el no notase que estaba cagada, pero lo estaba y mucho.

Gavi me esperaba en la puerta de brazos cruzados, y en cuanto me vió andó hasta mi.

-¿Cómo ha ido?-me preguntó.

-Como lo habíamos planeado-le dije y el sonrió hacia mi antes de besarme y darme toda la paz que yo necesitaba.

Fuimos a casa de mi padre, que también estaba de los nervios esperando noticias, y después de dejarlo más tranquilo, fuimos a casa de mi madre a por Dylan.

Ella nos abrió con una sonrisa igual que siempre y el pequeño en cuanto nos vió corrió hacia nosotros sonriendo.

-¡Habéis venido!-dijo sonriendo.

-Pues claro que si, campeón, te lo prometimos-le dijo Gavi cogiendolo en brazos.

-Mamá me dijo que seguro que no veniais porque seguro que habia sido muy pesado en vuestra casa y no querríais que fuera más-dijo el pequeño y yo abrí los ojos en dirección a mi madre, que no sabía donde meterse.

-¿le has dicho eso al niño?-le pregunté asombrada.

-Dylan, cuantas veces te he dicho que lo que se habla en casa no habla en la calle-le dijo regalándole y yo suspiré nerviosa.

-No lo regañes, y se comportó estupendamente en casa-le dije enfadada.

-No le estaba regañando, además es mi hijo, y si le tengo que regañar, lo hago-me dijo y yo cogí aire para no mandarla a la mierda.

-Te aviso cuando vaya a traertelo-le dije.

-Vale, pero duerme en casa, conmigo-me dijo seria y yo asentí, porque seguramente esta noche ella ya no dormiría en casa.

Gavi simplemente se dio la vuelta montando al niño en el coche, y yo tampoco perdí mucho más tiempo con ella, solo me di la vuelta andando hacia el coche también.

-¿Qué vamos a hacer hoy?-preguntó desde atrás.

-Lo que tu quieras, enano-le dijo Gavi.

-Al balón, ¿Podemos ver a Alex y pedri otra vez?-preguntó.

-Puedo llamar a leire haber que planes tienen por la tarde-le dije y el sonrió asintiendo.

-Y ahora vamos a ir a comprar una sillita para el coche-me dijo y yo asentí mientras el niño bufaba.

-Ya soy mayor y no la necesito-dijo y yo reí.

-No vamos a comprarte una de bebé, vamos a comprarte una de niño mayor-le dije para que se quedara más conforme.

-Además, vamos contigo para que tu elijas la que más te guste-le dijo Gavi y el pequeño asintió poco convencido.

Al final Dylan escogió una bastante moderna tipo elevador, y Gavi empezó a colocarla en el coche atandola con dificultad, lo escuchaba quejarse desde fuera mientras esperábamos que él la atara y me aguantaba la risa.

-Me cago en...por donde coño va esta cinta-murmuró en susurros y me asomé al coche.

-Amor, ¿te ayudo?-pregunté.

-No te preocupes, esta todo controlado-me dijo y yo me mordí el labio aguantandome la risa.

Seguí esperando con Dylan, que estaba jugando con las plantas que había por ahí.

-Joder, vaya mierda-le escuché murmurar enfadado mientras salía de los asientos de atras-Amor, ¿puedes venir un momentito?-me preguntó aguantando los nervios y yo sonreí.

Es verdad que la sillita tenía su complicación, pero unos minutos después ya estaba sujeta correctamente y Gavi ató al pequeño en ella.

Cerró la puerta de atrás girando los ojos soltando un suspiro y vino hasta mi, que esperaba de brazos cruzados con una sonrisa.

-En unos meses todos nuestros asientos de atrás van a estar llenos de sillitas de bebés-murmuró abrazándome y yo reí asintiendo.

-Si, pero las dejaremos montadas antes de que yo vaya a parir, sino acabas calvo-le dije riendo y el rió también montandonos en el coche.

-Soy primerizo ¿vale? Tenme paciencia-me dijo y yo asentí riendo.

Fuimos a casa, preparamos la comida con ayuda del pequeño, pero se notaba que los dos estábamos nerviosos, esperando una llamada o algo, hasta que por fin después de comer ocurrió.

Un número largo me estaba llamando y miré a gavi nerviosa.

-¿Quieres que responda yo?-me preguntó y negué.

Me llevé el teléfono a la oreja mientras me alejaba de ellos dos y subía a mi habitación.

-¿si?-murmuré.

-Sabía que no debía subestimarte, pero te has superado esta vez-escuché decir a mi madre y tragué saliva-¿Sabes que es lo peor? Que podría echarte cosas en cara, pero no tengo ningún derecho, soy tu madre y se que no he hecho la cosas bien contigo nunca...-empezó pero la corté.

-No hables, porque no te creo ni una sola palabra-le dije tajante y escuché como suspiró-voy a pedir una orden de alejamiento para ti y para el otro psicópata, y voy a conseguir la custodia de Dylan-le dije convencida.

-No tenemos más que hablar, has ganado esta partida, y aunque no quieras escucharme, puedes estar tranquila, después de todo...llevo semanas viéndote y me he dado cuenta que eres mi hija, y no podría hacerte daño, cuida de tu hermano-me pidió por último como abatida y colgó.

Tomé aire intentando controlar la respiración, todo había terminado, por fin todo había terminado....

(CONTINUARÁ...)

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now