57-No entiendo nada

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*Narra Gavi*

Nada más decir eso Dalia empezó a vestirse, mi suegro estaba otra vez en el hospital por una paliza que le habían dado.

Yo no entendía nada, se supone que yo pagué todas sus deudas, a menos que mi suegro no fuese para nada como su hija lo pintaba, y estuviese metido en temas...raros.

Me levanté de la cama para vestirme también y mi novia negó mirándome.

-Ni hablar, mañana tienes entrenamiento temprano y tienes que descansar-dijo fría, aunque no se lo tuve en cuenta porque estaba muy nerviosa.

-Si, claro, no te preocupes cariño, que yo voy a seguir durmiendo mientras tu vas a un hospital sola a las dos de mañana-dije con ironía y ella me miró por unos segundos.

Se sentó en la cama poniendo las manos en su cara y suspiró largo intentando respirar profundo.

Me acerqué a ella y me arrodillé enfrente de ella quitando las manos, y viendo que tenía los ojos vidriosos.

-No entiendo nada pablo, nada..-murmuró cansada.

Acaricié sus piernas dejando un beso en el torso de su mano.

-Venga vamos al hospital y haber si así de aclara un poco que ha pasado, ¿Vale?-le dije y ella asintió desganada.

El camino hasta el hospital fue silencioso, Dalia estaba nerviosa y miraba por la ventana mientras su pierna izquierda no se quedaba quieta, yo me acariciaba el muslo para intentar relajarla, pero fue en vano.

Cuando entramos por el hospital y preguntamos por su habitación nos indicaron que sólo podría entrar ella, porque el horario de visitas no era hasta las diez del día siguiente, y que harían una excepción.

En la puerta de la habitación estaba Saúl, y fue hasta Dalia en cuanto la vió, pero mi novia entró a la habitación de su padre pasando de él.

-Esta niña...-murmuró molesto y yo me crucé de brazos, no era lugar para liarla.

*Narra Dalia*

-Papá, ¿Que coño ha pasado?-Le dije andando hasta el, estaba igual de magullado que la otra vez, solo que ahora tenía una pierna vendada.

-Hija, lo siento, no quería que me vieras asi-me dijo algo cansada.

-Solo necesito que me digas que esta pasando, ya tenias todo arreglado, ¿Qué pasa?-Le pregunté y el se encogió de hombros.

-No lo sé, cariño, no se quien ha sido-me dijo y yo suspiré, sabia que me estaba mintiendo.

-Papá, me han levantado a las dos de la mañana diciéndome que estás ingresado, Pablo está fuera cuando mañana tiene entrenamiento, creo que me merezco que me digas la verdad-le dije tajante y el suspiró nervioso.

-Te estoy siendo sincero-me recriminó y yo asentí enfadada.

No dije nada más, ni el tampoco, y poco a poco se fue quedando dormido asique decidí salir.

-¿Cómo está?-preguntó Pablo al verme y yo me encogí de hombros.

-Igual que la otra vez, se ha quedado dormido-dije decaída y el acarició mi pelo-volvamos a casa aquí no hacemos nada y mañana volveré yo.

-Vámonos-dijo cogiendo mi mano.

-¿Y saúl?-Le pregunté una vez en el parking.

-Se fue al poco de tu entrar-me dijo encogiendose de hombros y yo asentí-¿Qué te ha dicho tu padre?-me preguntó.

-Nada, que no sabe quien ha sido ni porqué-dije encogiendome de hombros-se que me está mintiendo, le conozco.

-No me gusta nada que vivas con el cariño-me dijo y yo lo miré confusa-imaginate que van a tu casa a buscarlo a él y estás tú sola, no me gusta, amor-dijo negando soltando un suspiro nervioso y yo acaricié su nuca intentando relajarlo.

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now