MARATÓN 1/3: 46-Quien te ha visto y quien te ve.

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*Gavi*

Cuando al día siguiente abrí los ojos y la vi pegada a mi pecho sentí como el corazón me gritaba que quería despertar así todos los días de mi vida.

Estaba tan bonita acurrucada en mi, tenía su rostro relajado, besé su cabeza antes de salir de la cama sin despertarla.

Me metí en el baño para prepararme para entrenar y me vestí con la linterna del móvil para no encender la luz de la habitación, porque sabía que sino se despertaría, y quería que descansara un poquito más.

Bajé la escaleras y dejé una nota en la cocina deseándole un buen despertar, abrí la puerta del jardín buscando a ver si había alguna flor bonita para dejarle junto a la nota y la encontré.

Corté una rosa roja del rosal de mi madre y justo pedri me mandó un mensaje diciéndome que estaba en la puerta.

-Buenos dias-le dije al entrar al coche.

-Buenos días cabezón-me dijo bostezando y de repente empezó a reírse.

-¿De qué te ríes?-le pregunté.

-¿Porqué llevas la camiseta al revés?-me preguntó y yo me miré dándome cuenta que era verdad.

-Me he vestido sin encender la luz para no despertar a Dalia-le dije poniéndome la camiseta bien.

-Madre mia Gavi, quien te ha visto y quien te ve-me dijo pedri y yo me encogí de hombros-¡tu te has enamorao' hasta los huesos hermano!

Yo me quedé callado, y sonreí mirando por la ventana la calle, si, me había enamorado.

-¿No me vas a rechistar siquiera?-me preguntó.

-No, no te voy a rechistar porque si que me he enamorado, hasta la médula-le dije tajante y el sonrió.

-Me gusta para ti-me dijo mirando a la carretera.

-A mi tambien me gusta para mi-le aseguré y el rió negando con la cabeza.

Xavi ese día vino con mucha energía, y nos lo dejó claro con la paliza que nos dio en el entrenamiento, pero era normal, nos esperaban partidos muy importantes y teníamos que estar todos a tope en este tramo de temporada.

-Hermano, tres semanas-me dijo ferran con rintintin y mi mirada se desvió hasta la de pedri.

-Ferran, no tio-le dije quitándole importancia.

-¿Qué pasa? ¿Qué se te ha hecho cuesta arriba?-Me preguntó riendo.

En que momento hice la puta apuesta.

-Te pagaré las multas y que esto no salga de aquí-le pedí algo serio pero Conociéndole sabía que no iba a ser así.

-¡Madre mia! ¡Una tía que se ha resistido a Pablo Gavi!-gritó riendo en el vestuario.

-Tío, Cállate, ¡¿eres imbecil?!-le dije tirándole una botella a mala leche, pero el seguía gritando poniéndome de los nervios.

-¿Qué se siente hermano? Todo esto nuevo para ti-dijo con burla dándome una palmadita en la espalda y yo rodé los ojos.

-Vete a tomar por culo-le dije de mala gana cerrando mi mochila y salí fuera a esperar que Pedri saliera.

Me monté en el coche del canario no tan sonriente como esa misma mañana, no quería que cualquier estupidez llegase a los oídos de mi rubia, y conociendo a ferran mejor no mezclarlos para que eso no ocurriese.

En ese momento, me arrepentía como el que más de haber hecho esa puta apuesta sin sentido, y solo esperaba que no me salpicase en la cara por idiota.

-Deberías contárselo-me dijo pedri y yo lo miré.

-Contarle el que a quien-musité y el rodó los ojos.

-Pues a Dalia lo de la apuesta-me dijo obvio.

-Si, claro-le dije irónico-esta noche cuando estemos cenando cojo y le digo oye cariño antes de irnos a dormir, que hace casi tres meses hice una apuesta de mierda con Ferran para ver si podía enamorarte a cambio de que me pagase las multas, pero por cosas de la vida al final estoy más enamorado de ti que tu de mi asique hoy he perdido la apuesta, ¿Nos vamos a la camita y vemos una peli?

-Mejor seguir mintiendole-me dijo serio.

-No le estoy mintiendo.

-¿Y si algún día se entera?

-No se va a enterar, pedri, sólo lo sabemos nosotros.

-¿Pues entonces que vas a tenerla prisionera siempre? ¿O no vais a relacionaros con nosotros?-me preguntó y yo suspiré cansado-es que ni siquiera le has dicho a ferran la verdadera razón por la que has "perdido"-dijo.

-No sabía que tenia que gritar mis sentimientos a los cuatro vientos-le dije y el me miró serio.

-No a los cuatro vientos Gavi, pero si se lo puedes contar a tus amigos-yo miré hacia la ventana sin saber qué hacer.

-No quiero perderla-dije casi en un susurro al ver que ya estábamos entrando por la calle de mi casa.

-Gavi, pues si no quieres perderla entonces habla con ferran y dile tus sentimientos, o se te va a formar la pelota al final-me dijo y yo asentí, porque sabía que tenía razón.

-Nos vemos mañana, y gracias pedri-le dije sonriendole al bajar del coche.

-Mañana hablamos anda, cabezón-me dijo a modo de despedida.

Cuando entré en casa, un olorcito demasiado rico se me metió por la nariz haciéndome poner los ojos en blanco.

Entré a la cocina donde Dalia estaba sentada en la isla con su móvil y miré hacia el horno.

-Que bien huele, mi amor-dije andando hasta ella y posando un beso en sus labios-no tenias que hacer nada, podíamos haber pedido algo o hacer la comida juntos-le dije y ella negó sonriendo.

-Me gusta mucho cocinar y no me cuesta nada-me dijo.

-Ah bueno entonces genial, porque a mi me gusta mucho comer-le dije encogiendome de hombros y ella rió-de hecho, ahora mismo pienso comerte a ti-dije hundiendo la cabeza en su cuello dejando besos húmedos mientras ella reía.

El timbre del horno sonó justo en ese momento.

-La comida-me dijo levantándose del taburete y al hacerlo y pasar por mi lado le di una torta en el cachete.

-Salvada por la campana, rubia-musité quitándome la chaqueta...

(CONTINUARÁ...)


MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora