65-Para mí no eres nadie

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*Gavi*

-Oye Gavi, para un poco que al final te vas a hacer daño-me dijo xavi cuando remate un balón de mala gana.

Asentí y seguí entrenando sin hablar con nadie, pero parece que el día estaba en mi contra.

-¿Venís tu y Dalia el finde a casa? Viene pedri y leir...-corté a ferran.

-No-dije serio.

-¿Por qué no? Que no te la voy a quitar eh-me dijo dándome un golpecito en el hombro con burla.

-Dejame en paz, que vaya ella si quiere, yo no-dije cogiendo otro balón y yéndome a entrenar a otro lado.

Estaba cansado, llevaba días sin apenas dormir, y todo era porque me faltaba ella al otro lado de la cama.

Me daba tanta rabia sentir todo esto que me había encerrado en mi mismo, no quería saber nada, pero por dentro, por dentro estaba destrozado y solo quería buscarla y abrazarla, no podía creer que esto era el fin de todo.

Había vivido seis meses engañados, y no sabía como mi niña dulce ni siquiera existía.

En todos estos días me había replanteado muchísimas veces si lo que dijo saul era verdad, pero claramente lo era, no sólo porque me describió la situación, sino porque ella ni siquiera había intentado contactar conmigo y yo tampoco podía parar de pensar que era lo que la tenía tan mal hasta el punto de marearse, pero no podía permitirme llamarla, todo había sido una mentira.

Me duché el primero y salí sin querer pararme con nadie, pedri intentó seguirme hasta el coche, pero antes de que me alcanzase el segundo entrenador lo paró y yo me monté en mi coche para irme camino a casa.

Esa había sido mi rutina estos tres días, entrenar y encerrarme en mi habitación, ni siquiera había hablado con mis padres o con Aurora, solo les prohibí que le hablasen o contactaran con ella, por respeto a mi.

Entré en casa soltando las llaves en la entrada y mi madre salió de la cocina.

-Pablo, hay alguien que quiere hablar contigo en el despacho-me dijo y yo asentí.

Supuse que sería Ivan, mi repre, asique subí las escaleras y al entrar al despacho la sangre se me cuajó.

Ella, ella estaba sentada esperándome, y cuando me vió se levantó algo incómoda quizás.

-¿Cómo tienes la poca vergüenza de presentarte en mi casa?-Le recriminé mientras negaba lleno de dolor, o quizá era odio, más bien una mezcla de ambos.

-¿Cómo? ¿Por qué me hablas así?-me preguntó cruzandose de brazos, encima se hacía la nueva.

-Es como te mereces que te hable, lo sé todo-le dije acercándome más y ella frunció el ceño.

-No se de que hablas, Pablo-me dijo confundida, y parecía sincera, era increíble como alguien podía mentir con esa frialdad.

-Sé a lo que os dedicáis tu y tu padre, a estafar a gente con dinero y después hacerte la ofendida para quedar yo de malo-ella abrió los ojos al oírme-si, no te sorprendas que ya no hace falta que mientas más, enhorabuena, lo has conseguido, y ahora piérdete de mi casa y de mi vista porque no quiero verte en mi vida, para mí no eres nadie-zanjé serio.

Ella asintió despacio con sus ojos cargados de lágrimas y sacó de su bolso la misma carpeta negra, la carpeta del contrato.

Me la lanzó al pecho y me miró fría.

-En dos días hábiles te llegaré la mayor parte del dinero que le dejaste a mi padre, o eso dice mi abogado, queda una cantidad más pequeña de inversión, que estoy esperando que el banco acepte y se abonará directamente a la cuenta que me ha dado tu abogado-me dijo seria y yo la miré sin expresión.

No estaba entendiendo nada, ahora si que no.

-Rara forma de estafar cuando desde que salí del hospital no he hecho otra cosa que no sea mover hilos para devolverte cada euro, ¿no?-me preguntó y no supe que decir, porque no me lo esperaba.

Negó con la cabeza varias veces mirándome y limpió dos lágrimas que le resbalaban en las mejillas, se giró cogiendo su bolso y me miró por última vez.

-No puedo creer que pensaras eso de mi-me dijo negando decepcionada.

Cuando se dispuso a irse cogí cogí su brazo frenandola.

-¿Y tu carrera? No puedes devolverme todo y menos endeudarte otra vez, no...-me cortó.

-Ese no es tu problema, y trabajaré como debería haber seguido haciendo.

La frené de nuevo, nada tenía sentido y cada vez estaba más confuso.

-Suéltame-me pidió fría soltandose de mi agarré.

Salió del despacho sin siquiera mirarme otra vez, y escuché la puerta de casa a los pocos minutos.

Mi madre subió y me miró desde el marco de la puerta.

-¿Estás bien?-me preguntó y yo negué dándole la carpeta a ella.

-Me lo ha devuelto todo, no entiendo nada mamá-murmuré sentandome en una silla y ella andó hasta mi.

-Hijo, ¿puede ser que Saúl te mintiese? Quizá Manuel escuchó vuestra conversación y se la contó a saul, sabes que confía en el mucho y eso explicaría porque se presentó en el hospital-me dijo y yo miré al suelo confundido.

Tenía sentido lo que decía mi madre, Saul había sido un cabron siempre, y estaba seguro que sentía algo por Dalia, por eso ese acoso, y mentirme de esa manera le dejaba el camino libre.

Pasé las manos por mi pelo agobiado, y miré a mi madre.

-Le he dicho cosas horribles mamá, y ella venía a dármelo todo joder-dije desesperado y ella suspiró viniendo hasta mi.
Necesitaba verla, necesitaba que escuchase mi versión, joder, como había sido tan estúpido...

(CONTINUARÁ...)

Ahora Gavi de nuevo a atado hilos, pero después de todo lo que ha dicho...¿creéis que Dalia va a querer hablar con el?
Os leo guapis, mañana más!!❤️

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now