58-Eres mi suerte

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*Narra Dalia*

-Déjame en paz, saul-le dije sería.

-Esta bien, venía a contarte cosas que quizá te interesaban...pero te dejo en paz-me dijo dándose la vuelta y lo frené.

-¿Tú sabes que ha pasado?-Le pregunté y el se dió la vuelta con una sonrisa arrogante.

-Yo sé muchas cosas-me dijo superior.

-Deja de hacerte el interesante y habla-le pedí y el se cruzó de brazos mirándome serio.

-No, no lo haré hasta que aprendas a tratarme bien, rubita-dijo acariciando mi mejilla y me aparté rápidamente con asco, haciendo que el desapareciese por la puerta de la cocina.

Ansiedad, casi no podía respirar, la situación me superaba y sentí una sensación de mareo mientras mi estómago se encogía.

Volví al salón y belén dio un golpecito a su lado en el sofá indicándome que me sentara con ella, hablaban un poco de todo, aunque yo seguía estando mareada y cerré los ojos apoyándome en el hombro de mi suegra mientras ella acariciaba mi pelo...

*Gavi*

El entrenamiento me sirvió para despejar un poco mi mente, y aunque no había descansado todo lo que debía, había hecho un buen entreno.

Cogí el coche para ir a casa de mi novia, donde estaban mis padres con ella, pero antes pasé por casa para preparar un macuto con un par de mudas.

Cuando pegué al timbre fue saúl el que me abrió y puso mala cara al verme para dejarme pasar sin siquiera saludarme.

En el salón estaba Manuel con mis padres, y Dalia estaba dormida apoyada en mi madre mientras esta última le dejaba caricias en el pelo.

-¿Manuel como estas?-Le dije dándole la mano a modo de saludo.

-Ahí vamos hijo, ahí vamos-murmuró llevándose la mano a las costillas.

-Hijo, ¿porque no la subes a su habitación y que descanse?-me dijo mi madre en un susurro y yo asentí.

Cogí a mi novia que se removió un poco y abrió sus ojitos verdes mirándome.

-Amor, te voy a subir a la habitación para que descanses-le dije y ella asintió cansada pasando los brazos por mi cuello.

La subí dejándola apoyada en la cama y abrí la cama para taparla, al principio no quería separarse de mi, porque me apretó contra ella, pero en cuanto se quedó dormida de nuevo bajé abajo dejándola descansar.

Saúl seguía ahí, y no me hacía ninguna gracia, ¿que coño pintaba aquí? Ni que fuese alguien de la familia, simplemente era su abogado.

Manuel me dedicó una sonrisa amable y cuando fue a hablar lo corté hablando yo.

-Quiero que si tienes a alguien amenazándote me lo digas ahora mismo-le dije serio y su expresión cambió a más seria tambien-me importa una mierda lo que te pase, pero mi novia vive contigo, y no voy a dejar que la expongas a ella-zanjé serio cruzándome de brazos.

-¿Y quién coño eres tu para hablarle así a mi cliente?-preguntó Saúl encarandose contra mi.

-Su yerno, y por ende tengo más palabra que tú, porque somos familia-le dije alzando mis cejas.

-Haber lo que te dura, ya se sabe, los futbolistas no sois muy fieles que digamos...-murmuró.

-Lo sabrás tu-le dije serio y volví a dirigir los ojos a mi suegro.

-Gavi nunca pondría en peligro a mi niña, pero de verdad no sé quién ha podido hacerme esto-me dijo sin mirarme a los ojos.

-¿Qué problemas tienes? Sabes que te puedo ayudar Manuel, el dinero no es un problema, y menos si puede ponerte en peligro a ti o a ella-le dije sentándome frente a él.

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now