Dalia, una chica con muchos problema.
Pablo gavi, un chico con la vida de sus sueños.
Una apuesta de por medio.
Tres meses para enamorarla.
Y si al final...¿El que más se enamora es él?
-¿Qué haces aquí, Pablo?-Le pregunté casi en un susurro sin despegar mi mirada de la suya.
El agachó la mirada con sus manos en los bolsillos, y la levantó solo unos segundos después.
-Te prometí que pasaría a por ti en tu primer día de universidad-me dijo suave y yo no pude evitar quitarle la mirada, no quería llorar en frente de él otra vez.
-Me prometiste tantas cosas-le dije con la voz algo rota.
-Si, y todas son verdad-yo lo miré, y fue lo peor que pude hacer, porque sus ojos solo desprendían sinceridad y a mi me dolía.
El me tendió la mano.
-¿Vamos?-me preguntó y yo suspiré.
-No me hagas esto Pablo, por favor-le pedí negando-voy a llegar tarde por tu culpa-le dije empezando a andar pero el me frenó cogiendo mi brazo.
-No seas cabezona, Dalia por favor-me pidió hundiendo su mirada en la mía.
-¿Cabezona? Encima la cabezona soy yo-dije riendo irónica como pude.
-Se que no lo he hecho bien, lo sé, ¿pero de verdad quieres tirarlo todo? Confía en mí, amor-me pidió.
-¿Que confíe en ti? ¿Enserio eres capaz de pedirme eso?-Le pregunté incrédula y él apretó los ojos soltando un suspiro.
-Si, te estoy siendo sincero, no quiero perderte, y se que me quieres tanto como yo.
-Ese es el problema, que yo si te quiero-el me miró frunciendo el ceño.
-Yo también te quiero, más que a nada-me dijo seguro.
-Pues a la próxima persona que quieras, no le hagas esto-le dije por último soltándome de su agarre.
Una parte de mi deseó que no me dejara ir, era como una lucha constante entre mi mente y mi corazón, y si seguía hablando con él unos minutos más iba a conseguir su objetivo.
-¡Dalia, espera!-escuché y aceleré mi paso cruzando la calle sin mirar.
Un frenazo llamó mi atención y cuando casi tenía un coche negro estampado contra mi un tirón de brazo consiguió que no me atropellaran.
Los brazos de Pablo me agarraba firme apretándome contra el mientras la respiración de ambos se agitaban y sus ojos desprendían miedo.
-¡Dalia! ¿Quieres matarme? Si te pasa algo me muero-me dijo pablo con la respiración agitada mientras estaba pegada a su pecho.
El conductor del coche se bajó, y giramos la cara hacia la persona, no podía estar pasando, Saúl.
-¡Cómo coño te cruzas así sin mirar!-me gritó cerrando la puerta del coche de un portazo andando hasta mi e instintivamente agarré la camiseta de gavi escondiéndome pegándome a él.
Si había alguien a quien verdaderamente le tenía miedo era a Saúl después de todo el acoso sufrido estos meses.
Gavi agarró mi mano escondiendome detrás de él.
-Baja el tono y no te atrevas a gritarle-le dijo a Saúl y este último frunció el ceño en su dirección.
-¿Quién coño te crees que eres, niñato?-le preguntó encarándose con el, y cuando Pablo fue a contestar, agarré nuevamente su camiseta.
-Vámonos, pablo, llegaré tarde-le pedí y el dirigió sus ojos hasta mi soltando una sonrisa efímera, asintió y cogió mi mano para dirigirnos hasta el coche.
-¡Eso, iros! ¡Será posible!-gritó Saúl a nuestras espaldas enfadado.
Creía que Pablo se daría la vuelta y le saltaría, pero no ocurrió.
Abrió su coche abriéndome la puerta del copiloto, y después siguió pasando de los gritos de Saúl hasta que se montó en su asiento y arrancó el coche dejándolo atrás después de pasar por su lado con un acelerón.
-Punto subnormal, como vuelva a hablarte así una sola vez más le parto la cara esa de payaso que tiene-dijo con rabia y yo suspiré quitándome el susto del cuerpo.
-Menos mal que estabas ahí...-susurré más para mi que para él, pero me escuchó y dirigió una mirada rápida a mi antes de fijar la vista en la carretera otra vez.
-¿Porqué te da tanto miedo? ¿Te ha hecho algo?-me preguntó y yo negué rápidamente.
-Solo no me gusta su forma de ser, nunca ha sido de mi agrado-dije encogiendome de hombros y el asintió poco conforme.
-Siempre voy a estar ahí-me dijo posando una mano en mi muslo, y yo lo miré insegura-siempre te voy a cuidar, y voy a ganarme tu perdon, voy a demostrarte que te quiero, solo necesito que me dejes hacerlo-me pidió y yo suspiré, ¿debía dejar que intarara arreglar las cosas? Mi corazón gritaba que si, pero mi corazón estaba enamorado de él.
Instintivamente cogí su mano entrelazandola con la mía sobre mi pierna, como siempre solia hacer, solo esperaba no equivocarme con él una vez más.
No contesté, pero el apretó nuestras manos entrelazadas después de posar un beso sobre la mía y siguió concentrado en la carretera hasta llegar a mi universidad.
-Te recojo luego-me dijo al llegar mientras yo me quitaba el cinturón y lo miré seria.
-Pablo...-suspiré.
-¿Qué? Mi familia querrá que le cuentes como ha ido tu primer día, te llevo a casa cenamos todos juntos y después te llevo a la tuya, hazlo por ellos-me pidió con carita de niño bueno y yo sonreí.
-Por ellos si...-murmuré y el sonrió-Salgo a las siete-le indiqué.
-Lo sé, ten un buen día, cariño-me dijo sonriendo desde su asiento y yo rodé los ojos.
-Adiós-Le dije cerrando la puerta.
Mordí mi labio inferior nerviosa cuando me bajé del coche y no pude evitar sonreír cuando estuve de espaldas a él.
Maldito niño que me tenía enamorada hasta las trancas...
(CONTINUARÁ...)
Últimamente comentáis un montón y me encanta leeros, asique, ¡os leo!❤️✨️
Deciros que seguramente esta noche habrá otro capítulo, pero no prometo nada por si acaso.
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Mis historias están #1 y #2 en fcbarcelona y todo es gracias a vuestro apoyo y vuestros votos, asique mil gracias por todo lo que hacéis por mi porque me hace muchísima ilusion🥲🥲❤️.
También comentaros, que ya tengo escrita la introducción de la siguiente historia (aunque a esta le queda todavía para que la termine).
Se me ocurrió la idea la semana pasada pero con los exámenes y el trabajo no había tenido tiempo de escribirlo, ayer lo acabé por la noche y creo que os va a encantar mi idea!!
✨️Una vez más, gracias por estar ahí para mi, sois los mejores✨️
