Capítulo 10

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El pasillo que recorre los dormitorios de las chicas sigue tan oscuro como estaba cuando apenas salí del baño. Fénix echa un vistazo para ambos lados y entonces sale trotando por el derecho. Reacciono y lo alcanzo hasta seguirlo de cerca: no quiero quedarme atrás y perderme en esta enorme academia.

Cuando llegamos al final del corredor, nos encontramos con otra de las típicas escaleras en espiral que posee el Gremio. Supongo que ya estamos fuera de peligro... o, por lo menos, fuera del alcance donde pueden pillarnos, porque Fénix relaja los hombros y se endereza.

—Parece que no hay mucha guardia para que los muchachos puedan colarse en los dormitorios de las chicas —comento por lo bajo.

—No, hay un tipo encargado de eso —responde distraído, mientras sube dos escalones y observa hacia arriba—, en la entrada a los dormitorios.

—¿Y... pudiste pasarlo sin problemas?

Fénix me hace una seña de afirmación y luego otra para que lo siga, y entonces comenzamos a subir los peldaños.

—Claro —dice como si nada, con un deje de superioridad.

Sin querer hacerlo realmente, dejo salir un bufido extraño, similar a un gruñido.

Fénix gira levemente la cabeza un segundo para verme, mientras aún seguimos subiendo.

—¿Qué fue eso?

—Se nota que no es la primera vez que te colas a los dormitorios de las chicas... —murmuro.

Se detiene de golpe y casi choco contra su espalda. Se coloca de costado y, cautelosamente, deja relucir una sonrisa.

—¿Qué? —pregunto, impaciente.

—Tienes miedo de que haya visto a otra chica en el pasado —comenta con lentitud.

—Claro que no —espeto—, tan sólo suena extraño.

Sigue allí quieto y mirándome de tal forma que me exaspera. Subo un escalón más y trato de hacerlo avanzar.

—Ya basta —le insisto, empujándolo por el abdomen para hacerlo subir—, tenemos que avanzar rápido.

—El peligro está arriba, en los pasillos —dice, sin mover un pelo a pesar de mis esfuerzos—. No aquí. ¿Tienes algo que decirme?

—¡Que no!

—Estás preocupada —dice a medio exclamar, pronunciándolo como si recién se diera cuenta—. Mira, ya hasta te vuelves a sonrojar como antes.

—¡No estoy preocupada! Tan sólo es... molesto que adonde sea que vaya haya una chica entusiasmada porque hayas regresado y...

Me detengo y me encuentro con su mirada que pide más. Gruño de nuevo, casi a medio rugir, porque recuerdo a Cindy e imagino a todas las demás muchachas que deben estar igual, ¡cuando él ni siquiera se inmuta sobre el asunto!

—Ajá —comenta él—, ¿y qué quieres que yo haga con eso?

—¡Nada, sólo que subas! Pueden cerrar el escritorio en cualquier momento...

—El escritorio puede esperar —interrumpe, y entonces se gira por completo y apoya una mano en la barandilla—. Ahora me interesa mucho el por qué de tu reacción.

Me pongo nerviosa, no quiero seguir esta conversación. No quiero. El tener que escabullirme, correr y esconderme de que no me pillen me provoca menos nervios que esta situación.

Fénix hace una mueca elevando las cejas y frunciendo los labios.

—Ya sabes, me interesa saber por qué te molesta tanto lo que hacen o piensan otras chicas de mí cuando tú vas y prefieres sentarte junto a Marshall en vez de conmigo.

Hawa: Debemos salir a flote | #2 |Where stories live. Discover now