Capítulo 36 (Parte 2/2)

8.8K 1K 164
                                    


Sonríe y eleva una mano en un gesto para llamarme, y en ese momento Jim lleva su atención hacia nosotros. Yo me quedo un tanto estática cuando Ebby se acerca con esa reluciente sonrisa mientras lo arrastra de la mano.

—Quedaríamos mal si no hacemos caso al cambio de pareja, ¿no creen?

Jim se queda sin decir nada, pero Yaín se encoje de hombros ante la impotente mirada de Ebby sobre él.

—Supongo que una canción no hará ningún mal...

Pero, aunque parece querer agregar algo más, Ebby es rápida y lo toma del brazo para llevarlo un poco más allá. Es extraño haberla visto tan apegada a Jim y que ahora, sin más, quiera alejarse para dejarnos un rato a solas. Jim se acomoda la corbata y deja de mirar al piso para tenderme una mano.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien, pero veo que no lo llevas de la misma manera que yo —bromeo cuando acepto bailar con él. Llevo mi mano que no toma la suya a su hombro y él hace lo mismo con mi cintura—. El esmoquin no parece ser lo tuyo.

—Oh, si supieras el calor que llevo con esto—sonríe.

—Agradécelo. ¿No has sentido que en esta noche hace más frío de lo normal?

—Supongo que sólo estoy un poco nervioso... —murmura por lo bajo.

Por más extraño que me resulte, no es nada malo para bailar... al menos no tanto como Yaín. Quizás los trucos con el skate le han ayudado a aflojar las piernas un poco.

—Por cierto, linda corbata —comento. Jim baja los ojos instintivamente y, cuando se observa la corbata dorada otra vez, rueda los ojos.

—Ebby me ha...

—Lo sé, te ha obligado. Hacen buena combinación, al menos.

—Sí, no es algo muy inesperado de ella que digamos. Incluso me eligió el traje y me hizo jurar que me peinaría así, ¿puedes creerlo?

—Oh, claro que sí —añado entre risas, pero entonces lo contemplo mejor y él arquea una ceja—. Te queda muy bien, debo admitirlo.

—Bueno, gracias... —musita— Es bueno escucharlo de alguien que sé que no me está mintiendo. Tú también te ves muy linda, Audrey.

Le sonrío con cortesía, pero entonces Jim echa la mirada hacia otra parte, aclarándose la garganta. Creo que tiene intención de acomodarse el cuello de la camisa o la corbata otra vez.

—Vi que estaban muy bien, ustedes dos —añado haciendo un gesto con la cabeza hacia el sitio por el cual Ebby se fue con Yaín—. Me alegra ver que se estén divirtiendo.

—¿Y el tipo con el que viniste?

—Pudo haber sido peor...

Dos parejas se acercan y estrechan nuestro lugar en la pista, por lo que comenzamos a movernos en zigzag y nos alejamos del centro del salón. Es entonces cuando noto que Jim deja de estar pensando en algo y me mira con una leve exhalación.

—De hecho, sí, he estado hablando con Ebby. Hablamos bastante, de hecho...

Dejamos a un par de personas más atrás pero, aunque ahora tenga mejor visión sobre lo que nos rodea, no logro localizar a Ebby ni a Yaín.

—¿Sobre qué?

—Bueno... muchas cosas han pasado desde que, ya sabes, te ausentaste un poco.

La canción comienza a bajar un poco su intensidad indicando que se acerca su fin, y varias luces vuelven a encenderse con lentitud para ir acabando con la oscuridad de la suave y emotiva melodía. Sin embargo, no me suelto de Jim ni él me suelta a mí.

Hawa: Debemos salir a flote | #2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora