Capítulo 33 (Parte 1/2)

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Las columnas, las antorchas colgadas, las pocas personas atónitas del pasillo... todo pasa a nuestro lado como una rápida exhalación borrosa. Corro entre medio de Fénix y Marshall mientras dejo que me dirijan hacia quién sabe dónde.

Nos arrojaron cosas. Allí en el comedor, de verdad algunos comenzaron a arrojarnos cosas. ¿Por qué diablos creen que soy la culpable? ¿Porque soy diferente? ¿Porque necesitan desesperadamente a alguien a quien culpar, solucionar el problema de la forma más rápida que encuentren? ¿O porque desean aprovechar la situación para deshacerse de mí?

Me tienen miedo, eso sucede. Me temen. Me temen y no saben qué hacer al respecto. Me temen y no confían en que pueda protegerlos. Me temen porque piensan que voy a volverme en su contra en cualquier momento. ¿Y cómo puedo yo estar con quienes no confían en mí?

Nos cruzamos a Danna, que está en pleno camino hacia el revuelo del comedor. Su mirada perturbada y confundida se topa con la mía como si quisiera hacerme mil preguntas antes de oír lo que se dice de mí en aquel tumulto, pero los chicos no se detienen hasta hacerme subir las escaleras. Marshall se queda atrás mientras Fénix no me suelta nunca de la muñeca y me anima a seguir avanzando a su paso. No nos detenemos hasta que llegamos al piso de las mujeres, y entonces nos topamos con Ashley parada frente a nuestra habitación, con su teléfono celular en mano.

-¿Quieren explicarme mejor? -pregunta ella, y entonces observo que Marshall guarda su móvil en el bolsillo.

-Es justo lo que te envié -responde él, siendo muy breve.

-Será mejor que te quedes aquí por ahora, Audrey -dice Fénix, y entonces se vuelve hacia Ash-. Quédate con ella hasta que...

-¿Crees que no se les pasará por la cabeza que está en su propio dormitorio? -Interrumpe ella- Kendrick no querrá esto, no después de haber hecho tanto trabajo para traerla aquí. Pero nada puede detener a la multitud; los ignisios enfadados podrán venir solos hasta aquí.

Fénix parece estar queriendo buscar una solución rápida, pero la noción del poco tiempo que tenemos se lo impide. Yo no puedo hacer más que quedarme custodiando la punta del pasillo mientras la escena del ignisio inculpándome no abandona mi cabeza.

-Irá a mi dormitorio -sentencia Fénix, y entonces vuelve a tomarme repentinamente por la muñeca-, en ese piso casi no hay gente. Podrá durar más tiempo allí hasta que esto se calme.

Ashley asiente, nerviosa. Realmente está nerviosa, como también ellos lo están, y aquello no ayuda demasiado a calmarme.

-Tú ven al mío -agrega Marshall, dándole una corta mirada a Ashley antes de marcharse-, sino te caerá todo el alboroto a ti por también dormir en la misma habitación que ella.

Lo primero que logro pensar es en los guardias que vigilan los dormitorios para que los hombres y mujeres no se mezclen, pero eso no debe importar esta noche. Apostaría cualquier cosa a que concentrarán toda la vigilancia en la oficina de Kendrick y sus alrededores.

Ashley se queda un poco tiesa mientras Marshall se va corriendo hacia algún lugar, pero entonces reacciona y comienza a cerrar la puerta de nuestro dormitorio con llave.

-Intentaré encontrar a Jota y hablar con Danna sobre esto -murmura ella-. Más le vale a Kendrick que ponga un alto ahora mismo si no quiere que...

Pero cierra la boca, frunciendo los labios y guardándose los comentarios sobre lo que le haría o no al líder. Me echa una última ojeada entre medio de susurros jadeantes.

Hawa: Debemos salir a flote | #2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora