| | «C a p í t u l o 21» | |

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I

El marqués toma un manojo de llaves del bolsillo de su tapado. Busca con cuidado la indicada y juega con ella entre sus dedos por un momento, antes de colocarla en la cerradura correspondiente. No abre la puerta de madera todavía, sino que primero inspecciona nuestra expresión. Le interesa ver cómo reaccionaremos. Su rostro refleja ansiedad y miedo. Siento el latir de su corazón acelerarse. Conforme con nuestra silenciosa paciencia, gira la llave varias veces y nos permite ingresar a la primera sala de su colección privada, de su galería de arte personal. Sonríe desde el umbral y nos hace pasar.

Las luces se encienden solas cuando damos los primeros pasos. Esto explica por qué yo no encontré interruptor alguno durante mi previa visita incorpórea, debe tratarse de algún sistema de iluminación moderno que desconozco. Es muy curioso. Esta es la única parte de la colección de la que apenas tengo noción. He logrado ver la idea general, pero no pude detenerme a contemplar cada una de las obras como hubiese deseado en mi previa visita, cuando recorrí la mansión completa de forma intangible.

Pongo mi atención en Dorian, que pasea la mirada por las paredes. El joven Gray es incapaz de ocultar su asombro. Camina hasta el centro de la habitación, confundido, consternado. Definitivamente, esto no es lo que él esperaba. El primero de los tres cuartos contiene obras abstractas, de esas en las que pareciera que alguien estornudó sobre la pintura todavía húmeda y arruinó la imagen original.

No son malas, son pésimas. Absurdas. Sé que los mortales tarde o temprano las alabarán y disfrutarán porque la sociedad tiene tendencia a simplificarlo todo con el paso del tiempo. Sin embargo, eso no quita que me parezcan de mal gusto.

Quizás el sistema de iluminación sensible ha sido instalado para complementar la idea de lo moderno, del cambio y de lo inesperado.

Mi protegido comparte la opinión conmigo, lo leo en su rostro. Él esperaba encontrarse con la hermosura digna de una colección profesional, con obras merecedoras de largas horas de contemplación, pero esto le parece un chiste. No sabe qué decir. Arruga la nariz en un gesto involuntario y, por fortuna, casi imperceptible.

—Impresionante, ¿verdad? Las mejores obras de los nuevos movimientos artísticos de los que todos están hablando —explica el marqués con orgullo—. Son pinturas que expresan emociones, ¡furia!, ¡salvajismo!, ¡atrevimiento! Un reflejo del inconformismo con el sistema que nos absorbe y de la revelación de los jóvenes en contra de la opresión monárquica en decadencia. No comparto su opinión —se apresura a añadir—, pero me cautiva la simpleza con la que pueden capturar tantos significados al mismo tiempo, ¿no le parece? Este es el epítome de la deconstrucción del pasado.

—Increíble —murmura mi protegido en voz baja. Luego, me habla a mí en su mente—. "Quemaría esta habitación ahora mismo si tuviese una cerilla en mi poder".

—"No lo dudo, amigo mío" —respondo, sonriente—. "Para ti, esto no es arte, esto es una broma oscura; el chiste de un bufón cínico que expone su falta de conocimiento técnico con la excusa de lo sublime. Incluso yo en mi sadismo sería incapaz de crear semejante aberración al buen gusto. Lamentablemente, es una representación acertada del futuro del arte humano".

—"Por primera vez, estoy de acuerdo con su opinión" —admite Dorian.

Sonrío.

—Disculpe mi falta de elocuencia —llamo la atención de nuestro anfitrión—. Pero tengo que admitir que esta es la primera vez que estoy en presencia de estos movimientos artísticos y técnicas; no me siento capacitado para impartir una opinión coherente desde mi sincera falta de conocimientos. Siempre he admirado el arte figurativo y, aunque he de reconocer que la belleza de estas obras es increíble, preferiría abstenerme a comentar solo sobre lo que conozco por el momento.

Corromper a Dorian Gray  (CDLH #1) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora