| | «C a p í t u l o 32» | |

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I

Sibyl Vane duerme, agotada. Está recostada y envuelta en un abrigo invernal que la protege del viento fresco de la noche.

A pocos metros, Dorian intenta mantenerse alerta, aunque sé que pronto se rendirá al cansancio también. Está sentado con la espalda contra una roca, cruzado de piernas y de brazos. Entre sus extremidades descansa el estuche del espejo labrado con el que puede ver el reflejo de su alma. Lo tomó del equipaje apenas pudo porque es su posesión más preciada.

Hallamos a mi protegido desmayado en la orilla de un arroyo, milagrosamente ileso —gracias a mí—, y lo despertamos con brusquedad. La mujer revisó su cuerpo en busca de heridas y sugirió pasar la noche en un campamento improvisado para que los tres pudiéramos recobrar nuestras energías.

Ella en particular estaba agotada, quizá por haber utilizado su don con demasiada intensidad durante la búsqueda. O tal vez porque los humanos no han comido nada en todo el día. Dorian se niega a probar plato que no haya sido cocinado en condiciones higiénicas y Sibyl es alérgica al pescado, que fue mi primera sugerencia ya que teníamos el arroyo a pocos metros.

Ninguno confía en mis conocimientos sobre la vegetación. Temen que los frutos de la zona sean venenosos. Ella supone que podríamos intoxicarnos por accidente. Él asume que le jugaré una travesura peligrosa.

Finjo dormir. Dorian sabe que no lo hago en realidad, pero su propio cansancio le hace olvidar detalles y percibir todo a medias. Su accidente ha drenado la energía que lo caracteriza. Y a pesar de ello, mi protegido quiso retomar el vuelo varias veces. Nos tomó casi una hora convencerlo de que lo mejor era continuar con el viaje al amanecer.

A nuestro alrededor el bosque es denso. A duras penas hemos logrado que las bestias descendieran entre tanta vegetación. Nos vimos forzados a dejarlas en un claro cercano mientras buscábamos a nuestro acompañante. Regresaremos por ellas al amanecer o cuando sea que el sol ilumine nuestro camino. Entre tan frondoso paisaje son escasas las horas de luz.

Me sorprende, debo admitir, que Sibyl Vane ha cargado con los tres huevos durante todo el trayecto y la búsqueda a pie. Alega tener miedo a que alguna bestia los robe si los dejáramos en el claro. Supongo que tiene razón, pero el instinto femenino de maternidad y protección que ha despertado en ella comienza a resultar un tanto obsesivo para el agrado de Dorian.

Nos desharemos de las crías de tecku-tacka apenas lleguemos al siguiente gran pueblo, donde sí hay servicios de mensajería.

Fuerzo un bostezo porque creo que es apropiado. Con mi espalda contra un árbol y los brazos cruzados sobre mi pecho, alzo la mirada.

Dorian dormita. Su cabeza está ladeada hacia la derecha y el cabello suelto cae como cascada sobre su hombro. Su respiración es cada vez más pausada. Está sucio, pero se ve como un ángel. Mi protegido es una rosa en su apogeo: hermoso, aunque con espinas.

 II

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II

Todavía es de noche cuando escucho pasos y voces que se aproximan desde el norte. Son apenas murmullos ahogados en el paisaje que nadie más podría oír. No saben que estamos aquí, pero pronto lo descubrirán. Me intriga saber su identidad.

Dudo que un grupo de hombres que recorre el bosque en medio de la noche tenga buenas intenciones, esto podría ser divertido.

Utilizo el peso de mi existencia inmortal para sellar el sueño de mis acompañantes, me aseguro de que no despierten sin mi consentimiento. Y espero. Los extraños se aproximan, raudos y sigilosos, por la orilla. Arrastran algo, identifico el sonido de ruedas sobre la arena.

—¿No crees que nos hallarán si tomamos el atajo? —pregunta una voz temerosa.

—Para cuando noten lo ocurrido, ya estaremos en nuestro campamento. El agua se llevará cualquier rastro —asegura otro.

—Y al amanecer continuaremos con el viaje —finaliza un tercero.

—¡Lástima que esta cosa pese tanto! —se queja el primero.

—Pero vale oro —aseguran los otros.

Silencio. Nos han visto.

Sin volverme inmaterial, separo una parte de mí para observarlos desde lo intangible. Quiero analizar lo que ocurre desde cada ángulo posible sin perderme de nada. Este suceso podría ser importante.

El trío de extraños se queda paralizado en su sitio. Temen habernos despertado. Para ellos, somos apenas tres siluetas oscuras alrededor de los restos de una fogata que ha muerto varias horas atrás.

Uno de ellos hace señales con la mano para continuar con el recorrido, pero otro lo detiene y señala a Sibyl. Sus ojos están acostumbrados a la oscuridad y pueden diferenciar al menos qué es cada cosa.

Dos se aproximan, el tercero custodia su carga. No puedo saber exactamente qué es lo que llevan, pero es un ser vivo, encerrado en un carro de metal, en una jaula con ruedas. La criatura, humana o no, duerme. Su cuerpo se mece, sube y baja al ritmo de su pesada respiración. Es posible que lo hayan sedado con algún brebaje de hierbas.

Ingreso a la mente de uno de los hombres y... ¡Ah! Ahora todo tiene sentido. Son traficantes de criaturas exóticas. Ya veo. Exploro sus recuerdos y descubro que han tomado a una naga del circo itinerante que está detenido en las afueras de nuestro próximo destino.

Los extraños toman los tres huevos que descansan junto a Sibyl. Los cargan con cuidado. No saben de qué son, pero ya habrá tiempo para descubrirlo.

¿Debería despertar a mis acompañantes y permitir que se defiendan? ¿Sería mejor que mate a los tres ladrones mientras Gray y Vane duermen? La decisión que tome marcará el grado de entretenimiento de mis próximos días.

¡La indecisión es excitante!

Al final, opto por no hacer nada. Dejo que los extraños se marchen con su botín y los sigo parcialmente, invisible. Mañana nos espera una gran aventura.

La verdad es que me encantaría haber podido reescribir este capítulo y hacerlo más extenso, pero en estos momentos apenas si me alcanzan las horas para corregir errores técnicos y sencillos

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La verdad es que me encantaría haber podido reescribir este capítulo y hacerlo más extenso, pero en estos momentos apenas si me alcanzan las horas para corregir errores técnicos y sencillos. Disculpen que no es un gran capítulo.

Corromper a Dorian Gray  (CDLH #1) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora