| | «C a p í t u l o 24» | |

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I

Dorian Gray se alista para la reunión con el marqués. Su silueta se delinea como un hilo angelical contra la luz de la vela que ha encendido sobre el escritorio de su habitación. Frente a él se hallan varios papeles bien ordenados.

Cinco cheques separados costearían la adquisición de las obras de arte, como si realmente pensara pagar por ellas; prefirió dividir el dinero por simple practicidad, el total es absurdamente alto y, aunque mi protegido no quiera admitirlo, le alivia saber que nuestro anfitrión nunca podrá ir al banco a retirar su nueva fortuna.

En el centro de la superficie hay algunas misivas, textos breves con instrucciones sencillas. Una de las notas es para el gerente banco, otra es para la empresa de transporte con la que trabaja a menudo la familia Gray. Hay explicaciones dirigidas a los habitantes de la mansión para que aguarden por las obras y con aclaraciones sobre cómo cargarlas para que no se arruinen. Hay una orden clara para Basil Hallward que pide que las obras de arte no sean desembaladas antes de nuestro regreso porque Dorian desea encargarse de ello en persona; después de todo, el joven pintor es el único capaz de reconocer la autenticidad de la colección.

Por último, en el rincón más alejado del escritorio, y a punto de caer, hay un sobre negro y sin fecha que posee las condolencias de Dorian sobre la muerte del marqués. Es una carta que preludia el futuro próximo.

En apenas cuarenta minutos Dorian lo ha preparado todo. Está listo para cerrar la compra de las obras. Si el marqués fuese a cancelar la oferta, dependerá de mí forzarlo a legar la colección completa en su testamento.

El joven Gray suelta su cabello y lo acomoda con una mano, ondulaciones doradas se posan sobre sus hombros en una tonalidad que no es ni demasiado clara ni tampoco en exceso oscura, incluso el color de sus mechones es perfecto y brilla con orgullo ante la escasa iluminación del recinto. Sabe que se ve mejor cuando no lo lleva recogido, porque su don es justamente ser sinónimo de hermosura. Su cumbre máxima la alcanza en lo natural. Sí, es el hombre más bello del continente cuando se lo ve bien arreglado, pero solo quien ha podido observarlo en la desnudez es capaz de comprender el alcance de su perfección. Y pocos han tenido dicho privilegio.

Mi protegido se pone de pie y sonríe. Sacude la ropa, revisa su camisa y su chaleco para asegurarse de que no haya arrugas ni suciedad. Luego, se agacha apenas un poco y sopla con delicadeza para apagar la vela y dejar en cuarto a oscuras.

La única fuente de luz es la luna que se asoma por la ventana. He notado, ahora que lo pienso, que Dorian tiene cierta fascinación por la penumbra. Y, aunque él destelle en todo sitio con su inigualable belleza, cuando se encuentra en soledad le rehúye a las luces y a los reflejos. No quiere verse, no quiere ser el foco cuando no necesita serlo. Me pregunto si esta es una manía adquirida luego de nuestro pacto o si existe algo más detrás de la absurda obsesión por las sombras.

Dorian parte con bastante prisa. Llegará al estudio del marqués antes del tiempo pactado. Eso es una falta de respeto, un atentado a la moral social que suele caracterizarlo. Pero ya no le importa, no le interesa pretender ante un hombre que ha sido sentenciado a muerte. Lo que piense nuestro anfitrión de su impertinente apuro tiene a Dorian sin cuidado. Por un motivo o por otro, el hombre morirá, ya convencí a mi protegido de que es necesario que así sea.

Al joven Gray no le ha gustado el plan que le he sugerido, pero se ha visto en la necesidad de aceptar que es la mejor opción. Confío plenamente en que mi jugarreta dará frutos en el futuro. Tengo, como dicen los humanos, un presentimiento al respecto.

Dorian pisa con fuerza y con poca gracia. Intenta asegurarse de que los pocos habitantes de la construcción sepan de dónde viene y a dónde va, cuáles son sus movimientos. Es un gesto un tanto bruto para mi gusto, pero comprendo sus intenciones y no digo nada.

Corromper a Dorian Gray  (CDLH #1) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora