Capítulo 1

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| CAPÍTULO 1 |


"If only I'd have known you had a storm to weather,

so before you go..." —Lewis Capaldi, "Before you go".

Traducción: "Si solo hubiera sabido que estabas pasando por una tormenta,

así que antes de que te vayas..."





Tres meses después.

ASHTON.

Al fin.

Pensé que este día no llegaría nunca.

Abro la puerta sintiendo un peso menos en mis hombros al poner tan solo un pie afuera. Entrecierro mis ojos. Son las doce del mediodía y el sol es molesto. No solía molestarme tanto como ahora. Durante este tiempo no estuve tan expuesto al sol, y creo que esa es la razón.

Concentro mi mirada al frente y cuando puedo ver bien, rápidamente identifico a mi hermana Caroline. Ella sonríe amplio al verme. Estaba apoyada contra el auto de mamá, pero apenas me ve, se echa a correr y no se detiene hasta que está en mis brazos. Trato de mantener el equilibrio para no caerme de espaldas y le devuelvo el abrazo, sintiendo la familiaridad que tanto extrañe estos tres meses.

—Te extrañé, Ashton-ton —murmura por lo bajo. No somos de esos hermanos que se dicen cuánto se quieren todo el tiempo. Somos cercanos pero no empalagosos. Escucharla decir eso es novedoso aunque tiene sentido después de todo lo que pasó. Incluso puedo percibir cómo su voz se quiebra un poco al hablarme. Se recompone cuando aclara su garganta y se aleja de mí. Como no la veo hace mucho tiempo, me tomo unos segundos para chequear si hay cambios en ella. Nada. Sigue teniendo el mismo cabello castaño claro, los mismos ojos azules que yo y su figura de Tinkerbell.

—Uh, ¿tres meses fueron para tanto? —bromeo para aligerar un poco la tensión de funeraria que formé entre todos mis familiares y amigos desde mi incidente.

Que puedo decir, me encanta la atención.

No debería haber tensión. Después de todo, no me morí. Porque aparentemente, ni siquiera puedo hacer una cosa bien.

Pensamientos positivos, pensamientos positivos, Ashton.

Mamá le sigue a Caroline. A diferencia de Car, ella fue mi visita regular. Solo dejaban una visita cada dos semanas de alguien cercano. Mamá se autodenominó mi visita. En realidad, me hubiese gustado que sea mi hermana pero la conozco y sé que es bastante sensible. Verme en el estado que estuve durante 3 meses iba a destruirla y sé que mamá también lo sabía.

Ella me abraza como si mañana no existiera. Respiro profundo y cierro mis ojos. A mamá le encantan las lavandas, siempre huele a ellas. Desde que tengo memoria es el aroma al que llamo casa. Es un olor que me trae tranquilidad.

—¿Podemos ir a comer hamburguesas? La comida era un asco —me quejo cuando ella rompe el abrazo sin decirme nada.

Mamá me mira con ojos entrecerrados. Piensa que es rídículo que use mi humor en situaciones como esta pero es lo único que me mantiene andando. Pretender que no sucede nada, cubrirlo con humor y una sonrisa despreocupada. Es lo que me enseñé a hacer hace tantos años que obligarme aprender otra cosa es inutil.

—Está bien —responde finalmente largando un suspiro.

Lauren Cox, o como yo le digo, mamá, es la mejor persona de este universo aunque no se lo diga mucho. Tal vez ocasionalmente en cumpleaños y en el día de la madre. Sin ella y mi hermana probablemente estaría perdido. Durante los últimos años tuvimos nuestras peleas, claro. Más que nada porque ella piensa que soy un descarrilado sin control y nos peleamos un poco más cuando me enteré que iba a casarse con Richard Imbécil Meyer. Mi ya no tan nuevo padrastro. Tan solo pensar en la palabra hace que arrugue mi nariz.

Los secretos que escondemos. (LIBRO 1 y 2)Where stories live. Discover now