23. Quinn

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Capítulo editado.

23 | QUINN

Nuevamente estoy en la habitación con olor a marihuana y quién sabe qué más.

Nada cambió desde que me fui. Las mismas personas se ríen escandalosamente y la botella vacía de vodka sigue en la mesa. Mis ojos vuelan hacia Mackenzie. Está sentada en el mismo sillón. Tiene sus piernas cruzadas y está riéndose. A su alrededor, todos se ríen y es por algo que la niña dijo.

—Quinn es buena. ¡Un ángel! No se merece toda la mierda que le pasa pero, ¡¿vieron todo lo que le pasa?! —se ríe ella y niega con la cabeza.

Cruzo miradas con Nick, quien alza sus cejas en sorpresa.

La atención de todos en la ronda vuelve a mí cuando notan que estoy entre ellos, y me siento incómoda, porque me miran como si ahora supieran algo sobre mí que antes no. Lo cual es probable, dado a la bocota de la niña.

Si antes tenía dudas, fueron aclaradas. Traerla fue una idea terrible.

—Meyer, ¿estuviste con el mejor amigo de tu novio? —se ríe una chica que nunca antes vi.

Parpadeo confundida. ¿Cómo Mack sabe esto? Eso no es algo que aparece en Instagram.

Zack me da una mirada extraña. Mi hermanastro no sabe de toda la historia sobre Liam y Tyler. La sabe a pedazos. Conoce las consecuencias. Lo destruida que me dejó, y que ahora él me detesta... Ambos me detestan, pero nunca le conté todo con lujo de detalles.

—Y por si no saben, —suelta unas risitas. Observo sus mejillas acaloradas y como sus ojos chispean por el efecto del alcohol en ella, Es obvio que siguió bebiendo cuando me fui. No debería haberme ido en primer lugar—. También...

De repente, se calla. Y no, no es porque la detuve al lanzarle uno de mis tacones. Es peor. Se tambalea un poco en su lugar y lleva una mano a su boca. Mierda. Lo que me faltaba.

El chico a su lado, Spencer, se mueve rápidamente y la voltea al otro costado del sofá. Mackenzie vomita en el suelo.

No tenía expectativas para esta noche, y de todas maneras logró decepcionarme.

—¡Ahg, que asco! —exclama Adelaide.

—¿Te da asco? —Miller interviene con una carcajada, muy borracho como para importarle que haya vomito a su lado—. Tú lo provocaste. Le diste de beber incluso cuando ella te dijo que no quería más. Estas son las consecuencias.

—Meh, por lo menos tuvimos historias interesantes —comenta Spencer, ignorando a Mackenzie que parece estar al borde del llanto. Spencer me mira y sonríe maliciosamente, como si supiera cosas de mi que nadie debería.

Me quedo paralizada sin saber qué hacer. La fachada de chica madura y adulto responsable de Mackenzie, se fue volando. ¿Qué dijo Mackenzie? ¿Qué tan mal me hizo quedar? ¿Cuántas cosas que ni siquiera son verdad habrá dicho? ¿Cuántas cosas Adelaide puede usar en mi contra ahora? ¿Qué sabe Zack ahora?

Miro a Nick en busca de ayuda, él sabrá qué hacer. Se adelanta y se hace espacio entre las personas de la ronda a empujones. Cuando está cerca de Mackenzie, pasa un brazo por debajo de sus rodillas y otro por su espalda. La carga con facilidad, Nick es alto y fuerte, Mackenzie pesa lo mismo que una pluma.

La niña —podría dejar de llamarla niña, tiene quince años— llora desconsoladamente. Asumo que es por la vergüenza. Esconde su rostro en el pecho de Nick.

—Es momento que la devuelvan al preescolar —bromea uno de los chicos mientras enciende un cigarrillo. Mack lo oye y solloza con más fuerzas.

Esquivo la mirada de Zack y le hago un ademán a Nick para que nos larguemos de aquí. Suficiente fiesta para nosotros.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora