42. Quinn

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QUINN

—Eh... Hola —saludo a Emily, sin quitar mis ojos de Jason. ¿Qué se supone que hace aquí?

—Ya conoces a mi primo, Jason —dice la pelirroja dibujando una sonrisa en su rostro que luce cómplice.

Carraspeo incómoda y asiento. Key, a mi lado comienza a toser falsamente. Giro mi cabeza y disparo dagas con los ojos. Lo golpeo fuerte en la espalda para que se recomponga. No es momento para actuar como idiota.

—Pensé que seríamos nosotros tres —suelto sonando un poco más nerviosa de lo que esperaba.

—Ya me iba —se apresura a decir Jason sonando cortante. Corre la mirada—. Vine a dejarle unas cosas a Emily.

—Eh... No me importa que te quedes —balbuceo incómoda. Key eleva sus cejas, las reacciones que está teniendo me dejan su posición ante esta situación más que claras. «A este no, Quinn».

—¿Y a mi debería importarme? —inquiere. Al principio me sorprendo por su tono borde, pero luego traza una sonrisa en sus labios y se ríe—. Tengo que ir a otro lado.

Asiento. Puedo sentir las miradas de Emily y Key sobre nosotros dos como si fuese un partido de tenis. Carraspeo con incomodidad. Honestamente, a pesar de esperarlo, no pensaba que volvería a ver a Jason tan pronto.

—Jason es voluntario de un refugio de animales —suelta Emily de repente interrumpiendo nuestro juego de miradas. Le presto atención a la pelirroja, quien recarga su espalda en el marco de la puerta—. Va todas las tardes.

—Emily —masculla el castaño sonando incómodo. No puedo evitar sonreír de la ternura, luce como un niño avergonzado por algo que dijo su madre sobre el.

—¿¡Qué!? —exclama ella sin darse cuenta—. Si es verdad. Jay Jay no lo quiere admitir pero adora a los animales. Es vegetariano y todo eso.

—¿Es verdad? —le pregunto a Jason. Me sorprende. No lo pensaría como a un chico que le preocupan ese tipo de cosas. Luce más del tipo que en lo único que puede pensar es en un balón de futbol y ser seleccionado para jugar en la NFL—. Pero si comimos hamburguesas...

—La mía era de verduras —aclara su garganta. Alzo mis cejas sorprendida, nunca lo había notado—. Tengo que irme.

Emily larga una carcajada e intenta ocultar las que siguen al bajar su cabeza y esconder su rostro entre los mechones de cabello que no alcanzaron a la coleta. Jason le revuelve el cabello, saluda con asentimiento de cabeza a Key y cuando pasa a mi lado se inclina.

—Nos vemos, Quinn —se despide y me congelo de pies a cabeza cuando siento sus labios en mi mejilla. Es un beso corto y quizás, sin sentido, tonto y pasajero pero sentir su cercanía y su calor logra jugar con mi cabeza.

—Adiós, Jason —murmuro mirando hacia otro lado para evitar verle el rostro y que mis mejillas se sonrojen aún más. ¿Por qué me pasa esto con él? ¡Ni siquiera me gusta! Mi cabeza está muy lejos pensando en Liam como para empezar a desarrollar sentimientos por Jason.

Él se va y deduzco que está lo suficiente lejos de nosotros, cuando Key larga un suspiro.

—¿Qué acaba de suceder? ¿Ese quién es? —pregunta él.

Emily intercambia miradas complices conmigo.

—¿Nos llamaste a los dos a propósito? —le pregunto a la pelirroja. Los tres entramos a la sala de juegos, la cual es grande y muy sofisticada pero ya nada me asombra. Paso una rápida mirada por las paredes color gris y la decoración de colores antes de frenar mi atención en Emily, quien se echa en el sofá.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora