35. Quinn

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QUINN

Deslizo mi dedo por todas las nuevas publicaciones de Instagram. Hace mucho que no entro para ver qué tal las vidas de los otros. Siempre resulta interesante encarnar el ímpetu de una vieja chismosa.

Mackenzie se ha reconciliado con su antiguo grupo de amigas, ha publicado una foto muy tierna de todas usando calcetines navideños. Bien por ella, tenía miedo de que se quedará sola. No es lo ideal tener quince y no tener con quien compartir momentos.

Sigo bajando.

Alison Aiken esta en Nueva York, como no. Su hermano Tyler, por otro lado, no ha estado muy activo. Subió sola una foto en su historia con la playa de Miami hace unos días, antes de que todo «explotara», solía ser bastante activo. Debería, digo. No tiene veinte mil seguidores para nada. En otras noticias, Aggie no tiene una foto nueva desde hace dos meses y eso es decir bastante. La rubia era como la reina de la red social entre nosotros. El silencio que tiene en su perfil es aterrador.

Le pregunté a Liam por ella, porque a pesar de que ya no nos hablamos, me sigue importando. Más cuando sé lo que se siente tener la culpa haciendo peso en la espalda. He estado por donde Aggie recién está entrando y no es para nada bonito. Me gustaría poder ayudarla, ¿pero qué mucho puedo ser a tantos kilómetros de distancia? ¿Y teniendo una relación bastante rota con ella? Liam me aseguró que a pesar de estar triste todo el tiempo, intenta ser optimista y engañarlos a todos con sonrisas. Hace unos días, justo antes de año nuevo, le hice prometerme que cuidaría de ella y que no dejaría que le pase algo similar a lo que me pasó a mi.

En conclusión, todas las personas que en algún momento formaban parte de mi vida, ya sea algo pasajero como una conversación o algo tan grande como una amistad, seguían sus vidas. El tiempo no se detiene para nada y ellos tampoco.

Nick está en Nueva York, disfrutando de las vacaciones con sus primos pequeños, Scott Van Lexer está de viaje en Cabo con Marine Oppal, su prometida. ¿En qué habrán quedado esos dos? Winter Dunne, la ex de Liam, se consiguió un nuevo novio. Es diez años mayor a ella y juega en la NBA. O algo así. Mi amigo de Miami, a quien muero de ganas de ver, Key Michaels, está pasando las fiestas en Toronto, Canadá como todos los años ya que la madre de Max, su hermanastro, es de allí. Hablé con él hace poco, también se desvive —así me gusta decirlo— por que vuelva a Miami. El reencuentro se hace esperar, pero en unos días estaré con él.

En el otro lado de la página, Seth Jones, el chico que solía llamarme «lagarto» y cubrirme cada vez que me escapaba del departamento para salir de fiesta o ver a Liam, está en Los Ángeles. Subió unas cuantas fotos con Jess Wenworth, quien ahora está rubia. Un cambio radical y le queda mortal. Ella es atractiva de por si y con ese rubio ceniza, solo se mezcla más con la población de chicas de California. El mito parece ser verdad. Extraño a Seth y mucho. Cuando supe que era definitivo que nos mudábamos a Miami, él fue uno de mis primeros pensamientos. Se destruyó cuando Rick me contó que ahora esta en Los Ángeles y no tiene idea cuando volverá.

—¿Qué haces? —me pregunta Liam con la cabeza apoyada en mi estómago. Tiene un lado de su cara sobre mi mientras que se envía mensajes con Nick. No me gusta ser de esas chicas que vigilan cada movimiento que hacen pero admito que mis ojos se desvían un poquitito de vez en cuando para ver con quien habla. Hasta ahora fue Nick, Aggie, Tyler y unos cuantos Snapchats de un tal amigo de Ibiza.

—Shsh, estoy chequeando en las vidas de las personas —murmuro mientras repaso mentalmente el perfil de quién más me falta visitar.

—No has colgado ninguna foto conmigo —dice de repente. Me río entre dientes. ¿Eso le preocupa?

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora