24. Liam.

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Capítulo editado.

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24 | LIAM

El auto que me trajo se va apenas pongo un pie afuera de él. Respiro aliviado una vez que dejo de escuchar la música escandalosa con la que me torturó todo el viaje. No es como si la casa de los Gallagher quedará cerca de la ciudad. Todo lo contrario.

La reja de entrada, la cual lleva un camino para autos que termina rodeando una fuente, está abierta. No sé a qué se debe, se supone que siempre debe estar cerrada por seguridad. Supongo que se les habrá pasado cerrar.

Coloco mis manos en los bolsillos de mis jeans, recordándome por décima vez los últimos treinta minutos que esta es una mala idea. No dejo que mi cabeza me convenza y sigo caminando. El silencio me resulta inquietante.

El camino hacia la casa solo me hace dudar más. ¿Aparecer a las cuatro de la mañana en la casa de Quinn? ¿En qué estoy pensando?

En realidad, sé en qué estoy pensando.

Estoy aquí por dos razones. Una de ellas es Nick. Sé con seguridad que está en esta casa. Lo conozco bastante como para saber que él nunca detestó demasiado a Quinn, siempre la quiso más que todos nosotros cuándo pasó lo que pasó. Es obvio que vendría aquí, está dolido y la persona lejos de involucrarse en esta cuestión en la ciudad, es Quinn Meyer.

No podía simplemente quedarme en mi cama, dando vueltas como un imbécil mientras intentaba conciliar el sueño. Nick me preocupa. Así que cuando consideré que fueron demasiadas vueltas, me levanté de la cama y me puse ropa encima.

Soy lo único que le queda en nuestro grupo de amigos.

Tengo que hacer algo. No, quiero hacer algo.

Me quedo mirando las escaleras del porche de entrada y dejo escapar un resoplido. Hace frío. Estamos en Portland y el invierno está llegando. Por suerte la lluvia paró hace horas. Sin embargo, sigue habiendo olor a césped mojado.

Decido animarme de una sola vez y le envío un mensaje a Quinn avisándole que estoy afuera. No me parece tocar el timbre a estas horas, más cuando todas las ventanas de la casa me dicen que están durmiendo. Además, estos mensajes son nuestra pequeña tradición.

Miro nervioso al mensaje sin leer.  ¿Será que está dormida? No lo creo. Si Nick está aquí, no creo que pueda dormir con tanta tranquilidad, no después de imaginarme cómo se habrá presentado.

De repente, el mensaje aparece como leído.

Mi corazón salta a mi garganta.

Pasan varios segundos y no obtengo una respuesta. Mierda. Esta es una idea terrible, puede que no esté en su casa.

Doy unos pasos hacia atrás y volteo a ver mis alrededores. La fuente de agua está apagada, no hay autos en la entrada. Por más que las luces que adornan toda la entrada estén encendidas, siendo cálidas y tenues, no significa que haya alguien en su casa.

Aún así, me doy unos segundos para admirar la casa.

Antes de que Blair y mamá fallecieran, y de que Olive desaparezca, es decir, antes de que mi vida se vaya al demonio, teníamos una casa como esta. Era enorme, y estaba ubicada frente a la playa. Mi mamá amaba levantarse y tener la playa de vista.

Tengo infinitos recuerdos en esa casa, que cuando todo se fue a la mierda, se volvieron borrosos en mi cabeza. Hay distintas respuestas al trauma. Algunas personas intentarán aferrarse con todo lo que tienen a esos recuerdos, otras, como yo, prefieren ignorarlos y no revivirlos.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Where stories live. Discover now