Capítulo 1

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14 de Mayo de 2021

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14 de Mayo de 2021

—¡Zaid, me tienes cansada con tanto ruido! —Gritó Dalia, llegando a la habitación de su hijo, quien tocaba la batería.

Había tenido que cortar una llamada con un cliente porque no podía escuchar nada de lo que él decía.

Ella lo miró. Su hijo se ponía a tocar la batería tan pronto como despertaba. Tenía el cabello negro desordenado y la barba crecida. Dalia siempre le pedía a su hijo que se la afeitara; no porque no le gustara como se veía con ella —su hijo era muy guapo—, sino porque sin vello facial parecía un par de años menor. A Dalia le daba un poco de nostalgia verlo crecer, sin embargo, no importaba cuánto insistiera, él siempre parecía ignorarla y terminaba haciendo lo que le venía en gana.

Al oír gritando a su madre, murmuró algo entre dientes y dejó de tocar la batería, el sonido de los platillos aun vibraba en el aire hasta que el chico los sujetó con las manos. Ella pudo notar un zumbido en sus oídos. Siempre que su hijo se ponía a tocar esa cosa, ella se volvía loca con tanto ruido. A veces no podía ni pensar o concentrarse con esa música tan intensa. Él, por su parte, detestaba que su madre no viera el arte detrás de todo ese ruido, como ella lo llamaba. ¿Acaso ella era incapaz de sentir toda aquella magia en las venas cuando había música cerca?

Zaid no era rebelde. Bueno, no a propósito. De hecho ni siquiera le gustaba discutir con su madre, pero ella y él no lograban llevarse del todo bien últimamente. Si el muchacho quería una cosa, Dalia parecía estar en contra. Según como él veía las cosas, era como si a ella le gustara hacerlo enojar.

Todo había comenzado hace casi dos años, cuando Zaid le dijo a sus padres que lo que quería estudiar era música (y no leyes o medicina, como su madre anhelaba). Ese día, el chico vio cómo su madre fruncía los labios, totalmente decepcionada y esa expresión en su rostro se repetía, cada vez que a Zaid se le ocurría practicar con la batería.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no es ruido, mamá? —Repuso Zaid ofendido—. Además, si realmente estuvieras cansada de MI MÚSICA —hacía ese énfasis en las palabras para dejarle claro que tenía significado— podrías ayudarme a comprar esa esponja que reduce el sonido.

—¿Y llenar MI CASA y mis muros de esponjitas, mi'jito? ¡Ni loca, olvídalo! —Dalia también hacía esa clase de énfasis para dejarle claro que no podía hacer lo que le viniera en gana.

Últimamente ella sentía que su hijo se estaba descontrolando, volviéndose cada día más caprichoso, más irrespetuoso. Ya no era el niño cariñoso que se acercaba en las noches a pedirle un beso antes de dormir ni quien le podaba el pasto para ganarse el dinero semanal que ella le daba como premio. Ahora Zaid estaba creciendo demasiado y se estaba convirtiendo en un ser independiente de su familia y —aunque ella no lo admitía frente a nadie que no fuera Saúl, su esposo—, sentía mucho, muchísimo miedo de que su hijo un día ya no estuviera más en casa.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora