Capítulo 9

521 64 21
                                    

    

Fecha: Desconocida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fecha: Desconocida.

     El pelirrojo le hizo una seña a Zaid para que pasara y éste se descubrió dando gracias al cielo de que su último guía al fin desapareciera.

      Dentro de la habitación, había dos chicas. La que estaba más cercana a la puerta, se inclinó ante Zaid. Tenía un vestido sencillo, con una especie de delantal largo encima. Ella miraba hacia el suelo y, al pasar a su lado, debido a su estatura, él sólo pudo verle el gorro blanco que llevaba sobre la cabeza.

      Era una rústica sala de estar. Al frente había una ventana de unos dos metros de altura y en lo alto una lámpara de hierro forjado en forma de círculo. Unas cadenas hacían que colgara del techo; notó que en lugar de bombillas, tenía velas y una alfombra de color rojo desgastado reposaba al centro de la habitación.

     Una figura femenina se levantó de uno de los sofás al ver a Zaid e hizo una reverencia. El chico inclinó la cabeza, lo creyó conveniente, luego de ver que el pelirrojo lo había hecho también antes de dejarlo a solas con las dos chicas. Era una mujer joven, de alrededor de dieciocho años, usaba el cabello oscuro recogido y en la cabeza llevaba una especie de diadema que le cubría las orejas. Traía un vestido amplio y largo de color azul oscuro que a Zaid le recordó a las princesas de los cuentos. No llevaba maquillaje pero a él le pareció hermosa. Diferente.

     —He sido informada de que habláis castellano —dijo ella con serenidad.

     Zaid quedó impactado en cuanto la escuchó hablar. Tenía un marcado acento español y su voz era muy femenina, pero a la vez tenía un registro ligeramente grave, lo que la hacía sonar autoritaria y respetable.

     —¡Dios! ¡Qué bueno! —exclamó aliviado—. A los otros chavos no les entendí nada.

     Ella lo miró con un ceño ligeramente fruncido. Él entonces captó que su forma de hablar fue muy coloquial y, si su presentimiento resultaba cierto, debía hablar con más propiedad.

     —Perdón —se disculpó apenado—. Me llamo Zaid.

     Sin saber bien qué hacer luego de presentarse a sí mismo, extendió una mano hacia la chica y ella de nuevo se le quedó mirando extrañada. Al ver que ella no le respondió el saludo, bajó la mano avergonzado y la metió a su bolsillo.

     —Mi nombre es Gracia, encantada de conoceros —dijo ajena a la vergüenza del desconocido y le señaló una silla para que tomara asiento, él aceptó la invitación de inmediato. Ella volvió a sentarse en el mismo sofá de antes, frente a él—. Por lo que veo, sois extranjero en estas tierras —continuó.

     La luz del sol que entraba por el ventanal se estampó sobre la silueta de Gracia, haciendo que su cabello brillara en un tono ligeramente rojizo. Zaid estaba un poco hipnotizado, pero sorprendentemente, había prestado atención a cada una de las palabras de esa chica.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora