Capítulo 15

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14 de Febrero, 1614

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14 de Febrero, 1614

      No sabía cómo había llegado ahí, pero de nuevo la luz azul lo envolvía. Esta vez no tenía miedo ni frío, ahora sentía una profunda calidez y un infinito bienestar. De pronto supo que había muerto y que nada más importaría, ya se encontraba mejor. Se dejó sentir, se dejó llevar. No se resistió, sabía que todos a su alrededor, incluyendo sus padres y hermana estarían bien. No se molestó en mirar atrás, sólo existía él envuelto en azul y le gustaba la sensación que le ofrecía. Sin embargo, de pronto supo que no se encontraba viajando en el tiempo, no estaba ahí ni allá; estaba suspendido en una pupila, tan azul como el océano... era un ojo conocido; tenía la certeza de que mientras ese ojo existiera, él se encontraría bien.

      Repentinamente, le entró la certeza de estar dentro de un sueño, pero no quería despertar. Se aferró con fuerza a él, pero ya era demasiado tarde, el ojo azul no volvía y la realidad se hizo presente. Comenzó a sentir a cada segundo que pasaba, las cosas a su alrededor, la almohada húmeda sobre la que reposaba la cabeza, las sábanas no tan suaves que le cubrían el pecho, la temperatura ligeramente cálida de la habitación y el silbido del viento a través de las rendijas de las ventanas. Desgraciadamente, el sueño desapareció por completo, se sintió un poco decepcionado y suspiró. Lentamente abrió los ojos y se encontró con un rostro vagamente familiar.

      La chica frente a él tenía sus ojos azules clavados en los suyos, estudiando sus reacciones como si fuesen su única razón de vida. En ese momento ya no podía recordar qué estaba soñando, pero sí evocó la sensación y era la misma que le provocaba esa mirada. Sonrió de lado, sin saber por qué.

      Ella tenía el cabello recogido hacia atrás en una trenza, con una de esas diademas que cubrían sus orejas y llevaba puesto un bonito vestido rojo.

      —Habéis despertado ya —dijo ella con acento español, esbozando una sincera sonrisa.

      Zaid tardó en hablar, sentía como si un coche lo hubiese atropellado, no podía moverse mucho y tenía el trasero entumido.

      —Ana, haz el favor de traer una sopa caliente para el señor, que ha despertado.

      El chico miró más allá de Gracia y vio una figura esbelta y pequeña haciendo una reverencia para después salir por la puerta muy a prisa.

      Él aún no dijo nada, sólo miró a la chica frente a él y estudió su mirada azul.

      —¿Cómo os sentís? —Inquirió ella con preocupación.

      Él se limitó a asentir, mientras iban regresando a él los recuerdos de todo lo que le había ocurrido. Entonces pudo recordarla con claridad. Era la bonita chica a quien había asustado con el celular. Sonrió apenado.

      —¿Podrías perdonarme?

      Ella frunció el ceño, visiblemente extrañada por la pregunta de Zaid.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora