Capítulo 34

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22 de Febrero de 1614

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22 de Febrero de 1614

—Ana, ¿qué rayos está pasando? —preguntó a la doncella molesto.

La doncella había entrado a hurtadillas a los aposentos de él. Lo había visto pasar por el pasillo con ansiedad, así que lo siguió para averiguar de qué se trataba.

—Debes guardar la calma, Zaid, sólo llegó Sir Will--

—¡No, Ana!, ¿no lo ves? —la interrumpió—, ¡él debería de haber llegado ya que nos fuéramos! —dijo frotándose el pelo con ambas manos, como hacía siempre que estaba nervioso—. Es mi culpa, me confié demasiado en que las cosas saldrían bien —soltó una palabrota que tomó por sorpresa a la muchacha, él nunca maldecía de esa forma... al menos no en presencia de ella o de Gracia.

—No es tu culpa, ninguno de nosotros sabía cuándo regresaría Sir Payne. Pero aún podemos hacerlo, sólo hay que esperar a que todos duerman.

La mirada de su amigo le recordó a la de un conejillo asustado.

—Tengo miedo —dijo él al fin—. Miedo de que no podamos irnos... a que se cumpla lo que mi yo del futuro les dijo a mis amigos. ¿Y si Gracia y yo jamás podemos estar juntos? ¿Y si ella se enamora de él? ¿Qué voy a hacer entonces?

La doncella lo tomó de las manos para tranquilizarlo.

—Zaid, el amor que ustedes dos se tienen es muy poco usual. En muy poco tiempo crearon un lazo inexplicable, jamás había visto semejante unión en toda mi vida; todo saldrá bien, estoy segura de ello. Mis corazonadas no se equivocan.

Él suspiró y abrazó a su amiga. Ahora que Sanja y Francisco se habían ido, Ana era la única con la que podía contar en ese lugar para sacar a Gracia de ahí. Mantener la promesa que les había hecho a todos los que estaban involucrados en ese viaje en el tiempo, era cuestión de vida o muerte.

—Gracias, Ana. Eres la mejor amiga que tengo.

Ella sonrió, ligeramente sonrojada por la declaración.

—Y tú eres el único amigo que tengo, además de Gracia —dijo con una risita discreta—. Mira, no sólo tu futuro y el de ella están en peligro, sino también el mío; no quiero quedarme aquí a ver cómo Sir William os persigue. Te doy mi palabra que no permitiré que la llegada de Sir Payn arruine nuestros planes.

Zaid sonrió, poniendo las manos en los hombros de Ana.

—Lo sé —dijo asintiendo.

—Al caer la noche, ya que todos duerman, Gracia y yo vendremos hasta aquí y nos iremos juntos. Con ayuda de nuestro Creador —dijo santiguándose— será fácil.

—Ojalá que así sea.

—Así será —asintió sonriente—. Bien, debo irme. Ausentarme mucho tiempo de la cocina sólo atraerá las miradas sobre mí.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora