Capítulo 42 (borrador)

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10 de Junio de 2021

Gracia... ¿puedo hablar contigo?

Ella lo observó, él parecía ansioso por algo.

—Por supuesto —respondió.

Zaid fue a sentarse al sofá de la sala de estar y Gracia con lentitud lo imitó. Él se frotaba las manos, era indudable que algo extraño le sucedía.

—Desde que llegaste a este mundo todo cambió: mis prioridades cambiaron, mis necesidades, el trato con mi familia... yo he cambiado. Antes sólo me preocupaba por mí mismo y por pelearme con mi mamá —soltó una risita de vergüenza—, ahora veo cuán egoísta fui y todo lo que me hacías falta sin siquiera saberlo.

—¿Cuáles son tus prioridades ahora? —Preguntó Gracia, un poco avergonzada de haberle interrumpido.

Zaid la miró como si ella no viera algo demasiado obvio.

—Tú, Gracia. Tú eres mi mayor prioridad. Todo el tiempo estoy pensando en que necesito que estés bien, que te sientas cómoda, que este proceso no sea demasiado abrumador para ti...

Ella se ruborizó ante sus palabras. Él sonrió con ternura y le tomó la mano.

—Quiero que seas mi esposa, quiero estar contigo todo el día, abrazarte siempre que quiera y darte besos sin que te avergüences. Quiero vivir a tu lado, es que yo te amo más de lo que puedo calcular —sus ojos se nublaron—, pero no tengo nada qué ofrecerte y eso me está matando. Me arrepiento de no haber ahorrado dinero antes, pero como no puedo evitar lo que ya pasó, lo que me importa es saber si vas a esperarme a que obtenga el dinero necesario para tener una nueva vida juntos.

Gracia asintió comprensiva. Al parecer él se sentía igual que ella. Si desde que vivía en casa de Zaid no hacía otra cosa sino estar esperando que él propusiera desposarla, ahora que conocía sus motivos, le era mucho más fácil ser empática con él. No era propio de una dama sentirse desesperada por estar unida a su hombre, no sabía de ninguna mujer a la que le pasara, pero a ella sí que le urgía. Es que él no era como ninguno de los hombres que hubiese conocido en el pasado. Él era atento, caballeroso, detallista, un poco torpe pero tenía muy buen corazón y sobre todo, él la amaba igual que ella a él. Gracia se sentía afortunada de haberlo conocido y por más que lo pensaba, no lograba entender cómo era que ellos dos, aun siendo imposible, se encontraron.

XXX

Saúl observó a su hijo, últimamente siempre estaba nervioso.

Asintió y suavemente empujó a Zaid hacia su despacho.

El chico cerró la puerta y caminó de un lado a otro mientras se armaba de valor para hablar. Saúl lo miraba intrigado, pero no habló.

Su hijo se detuvo y apoyó las manos sobre el escritorio.

—No aguanto más, papá.

—¿A qué te refieres?

—A Gracia.

Saúl frunció el ceño, ahora estaba genuinamente impactado.

—Pero, ¿qué ha pasado?, pensé que te seguía gustando.

Zaid lo miró como si su padre se hubiese vuelto loco.

—¡Ese es el problema, que me gusta demasiado!

El hombre encogió los hombros sin comprender. Zaid ya había retomado su  caminata dentro del despacho.

—A ver, hijo —Saúl caminó hacia él y lo tomó de los hombros para que se detuviera—... Debes decirme por qué es tan malo que te guste tanto esa chica.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora