1. Vivo la experiencia premium

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 —Quiero terminar contigo.

Cuando le pregunté a mi novio qué tal estaba el café que él había ordenado, esperé que me respondiera algo como «delicioso», «muy dulce», o incluso «no es mi favorito» en el peor de los casos.

Jamás esperé que su respuesta fuera decirme que estábamos terminando.

Dejé de revolver mi propio café y levanté la cabeza. Él estaba sentado frente a mí en la mesa, completamente serio. Ni siquiera se había quitado la chaqueta de su equipo, como si previera la posibilidad de tener que marcharse en cualquier momento.

Me pregunté si no me habría perdido alguna parte de nuestra conversación, porque hasta donde yo sabía, estábamos en medio de una cita. Cita que él había sugerido y en la cuál él se había ofrecido a traerme en su auto y pagar mi café.

¿Acaso había hecho algo en el trayecto que hicimos desde mi casa hasta la cafetería que pudo haberlo hecho tomar la decisión de dejarme? ¿Me había escarbado la nariz delante de él sin darme cuenta, cometí un asesinato, puse la música muy fuerte en el carro...?

—¿Disculpa? —Meneé la cabeza, confundida—. ¿Qué acabas de decir?

Dylan suspiró, como siempre lo hace cuando está a punto de criticar algo relacionado conmigo. Era su manera de decir "mira, no quiero tener que decir esto, pero me estás obligando".

—Creo que lo mejor para nosotros es terminar —repitió sin apartar sus ojos de mí—. Escucha, he estado pensando al respecto desde hace un tiempo y he llegado a la conclusión de que es lo mejor para los dos. —Dejó sus manos sobre las mías, en la mesa—. Nos conocemos desde que somos pequeños y nunca hemos estado separados por mucho tiempo. Ahora que vas a mudarte y no podremos vernos, creo que es la oportunidad para que cada uno vaya por su camino...

—No entiendo —lo interrumpí. De verdad no estaba entendiendo—. ¿Cómo que irnos por nuestro camino? ¿De qué camino estás hablando?

Él ladeó la cabeza.

—Mantener una relación a distancia es difícil. No podremos vernos —dijo, como si estuviera haciéndome un favor—. Además, siempre hemos estado juntos. Tal vez nos haga bien darnos un tiempo para pensar qué es lo que queremos.

Parpadeé.

Pensé que los dos queríamos la misma cosa, o sea, estar juntos.

Desde que mi padre me habló sobre la mudanza y se lo conté a Dylan, él siempre me aseguró que seguiríamos juntos pese a la distancia, que no pensaba dejarme. ¿Por qué estaba diciéndome esto un día antes del viaje?

Me levanté de mi silla, perturbada.

—Estamos terminando —repetí, para que él me lo confirmara.

Dylan apretó los dientes e intentó sonreír, como si lo estuviera poniendo en una situación incómoda. Noté cómo algunas personas en la cafetería nos miraban.

—Sophie, es sólo por un tiempo. —Se levantó y me tomó por los hombros con gentileza—. Unas semanas para decidir si queremos volver o estamos mejor solos.

Una idea de repente se cruzó por mi mente. Me eché hacia atrás, pero el agarre de Dylan me impidió guardar distancia.

—¿Te estás viendo con alguien más?

La sugerencia no le agradó en absoluto. Su rostro se endureció.

—¿Crees que soy ese tipo de persona?

No lo creía. Dylan jamás me había dado ninguna razón para sospechar o sentir celos. Ni siquiera cuando comenzamos a salir, varios años atrás, y aún no éramos algo oficial. Si había algo de lo que jamás podría acusarlo, era de tener ojos para otra persona.

Cambio de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora