25. El plan de Galia

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Nota de autora: Holaa. Antes de comenzar a leer, tengo dos cosas importantes que decirles.

1. Hoy habrán dos capítulos. Así que una vez que terminen de leer este, pueden ir directo a leer el siguiente. Si no les aparece, prueben con reiniciar la app.

2. Este capítulo y el siguiente son muy largos, así que pónganse cómodos y asegúrense de que nadie los moleste. Especialmente en el próximo capítulo, porque van a pasar muchas cosas.

¡Suerte!

-.-.-.-.-..-.-


Quería cometer un crimen.

Drake salió de la casa de su hermana unos minutos después, y se veía no sólo más contento, sino también más aliviado, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Cuando le pregunté qué tal le había ido, él me contó que pudieron tener una charla y que salió mejor de lo que esperaba.

Yo no tuve el corazón para contarle en ese momento lo que había sucedido con Dylan. No iba a arruinarle el momento con el chisme de mi ex novio. Así que me mordí la lengua hasta que llegamos a casa.

En ese momento me di cuenta de la falta que me estuvo haciendo Galia durante esos días, porque era ella con quien hablaba de mis instintos asesinos contra mi ex novio, o sobre cualquier cosa en general. Era curioso cómo, desde que Drake y yo habíamos comenzado a salir, ella cada vez me hablaba menos.

Sentía que había perdido una cosa a cambio de obtener otra y no comprendía por qué, ni me parecía justo.

No quise enviarle un mensaje a Galia para contarle el último chisme sobre Dylan porque sabía que iba a ignorarme y eso me haría sentir demasiado estúpida. Pero sí iba a enfrentarla.

Ya no podía seguir así, preguntándome si éramos amigas, si no, si me ignoraba porque me odiaba o si sólo se trataba de mi paranoia. Por eso, planeé tener una seria charla con ella el lunes para exigirle respuestas.

El problema era que ella últimamente se había vuelto experta en evitarme y huír cada vez que intentaba llegar a ella.

Era el final de la última clase del lunes cuando, después de perder el aliento intentando perseguirla por uno de los pasillos y haberla perdido de vista, me di por vencida. Hice mi camino hacía mi casillero y me dispuse a guardar mis cosas para irme.

—Tal vez mañana —me consolé y luego me sentí ridícula.

¡¿Por qué la estaba persiguiendo?!

Odiaba no tener amigos, pero más odiaba no tener con quién chismear y hablar mal de la gente.

Abrí la puerta de mi casillero, resoplando, y una nota de papel cayó al suelo. La recogí y abrí. Dentro, había un mensaje escrito con bolígrafo.

"Las rosas son rosas, tu cabello es azul. Ven a la cancha de fútbol y cambia esa actitud.

Pd: prometo explicarte todo luego. Date prisa!!"

Miré a mi alrededor, pero no vi ninguna cara conocida.

La caligrafía de la carta era tan fea que sólo podía pertenecer a un varón. Y, suponiendo que sólo había un varón al que le permitía coquetearme, mi principal sospechoso era Drake.

Guardé los libros en el casillero y me dirigí a las canchas exteriores, donde sabía que mi novio estaba entrenando. Cuando salí, me tomó un buen tiempo llegar a las canchas y luego otro buen tiempo ir hacia las gradas.

Cambio de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora