26. Cómo romper un corazón en mil pedazos

106K 8.7K 5.2K
                                    

Llegamos al acuerdo de que Macy y yo acompañaríamos a Galia y nos esconderíamos cerca, para asegurarnos de que no le suceda nada.

Fui inteligente por primera vez en mi vida y sugerí que lleváramos a mi novio musculoso de casi un metro noventa para que nos defendiera en caso de emergencia. Fue un poco difícil de explicarle la situación, pero aún así aceptó.

Galia, Macy y yo salimos juntas del instituto.

No me sorprendió ver a Drake sobre su motocicleta, con el casco y su chaqueta negra ya puestos y esperándome. Pero sí me sorprendió ver a Erik. Sabía que Macy se había contactado con él, pero no esperé que él accediera.

Su auto antiguo estaba estacionado justo frente a la entrada y el muchacho se apoyaba contra este, de brazos cruzados. Era más que obvio que él desaprobaba todo esto y no quería estar aquí, pero de alguna manera los rubios se las habían ingeniado para convencerlo. Y Erik no sabía cómo decirles que no a sus amigos.

—¿Cuál es el plan? —preguntó Drake en cuanto nos acercamos.

Me ofreció el casco, que yo tomé, y me atrajo hacia él pasando un brazo por mi cintura. Galia me dedicó una mirada curiosa, pero ni Erik ni Macy dijeron nada al respecto. Sospeché que, después de todo, Drake sí había tenido una charla con ambos.

—Llegamos primero y nos escondemos —comenzó a explicar la rubia—. Si no es un asesino serial, nos quedamos en nuestro escondite. Si lo es, corremos por nuestra vida.

—Parece un plan confiable —dijo Drake, siempre positivo.

Galia pasó su peso de sus talones a la punta de sus pies y de vuelta a sus talones, emocionada.

—Es la primera vez que tengo un equipo mixto. Me siento parte de los Power Rangers. Yo pido el rosa. —Le ofreció su mano a Drake y se la estrechó—. Gracias por ayudarme. Perdón por hablar mal de ti a tus espaldas.

Negué con la cabeza de manera disimulada para que se callara. Por suerte, lo captó y cerró la boca.

-.-.-.-.

El punto de encuentro, como había dicho Galia, era en un parque gigante con bosques. Habían varias lagunas y también era un centro turístico durante el día. Pero durante la noche era otra historia.

Las pocas personas que pasaban por allí, sólo salían a correr. El bosque era lo suficientemente oscuro como para que nadie quisiera adentrarse en él a estas horas. Al menos, nadie que no fuera a hacer nada ilegal.

El horario de encuentro era a las ocho, pero Drake, Erik y yo fuimos una hora antes. Al ser casi invierno, la noche ya había caído hace tiempo y todo estaba oscuro. Rodeamos una de las lagunas hasta los baños, donde se suponía que Galia haría la compra de las entradas. Nosotros tres nos metimos al bosque, lo suficientemente lejos como para no ser vistos, pero no tanto como para no poder ver lo que sucedía a orillas de la laguna.

Drake y yo nos sentamos detrás de un árbol con tronco grueso y Erik, quien se negó a formar parte de nuestro momento de pareja, se marchó a otro árbol, varios metros más lejos.

El suelo era de césped y tierra. Al llevar la falda del instituto, temí que se me subiera alguna hormiga. Drake ofreció sus piernas para que las usara de asiento, pero me negué y le di un golpe en el brazo.

Mis medias ahora estaban cubiertas de suciedad y podía ver cómo algunas ramitas se habían atorado entre el tejido.

—Esto es de vida o muerte —Regañé a mi novio entre susurros—. No te aproveches.

—Auch. —Drake se sobó el brazo sin dejar de sonreír. Él no se veía para nada preocupado con esta situación—. No sabía que estabas tan desesperada por entrar al equipo como para hacer todo esto. Me duele que hayas esperado hasta último momento para meterme a tu plan.

Cambio de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora