6. Me presenta a sus padres.

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ADVERTENCIA: Este capítulo es suuper largo así que busquen un lugar cómodo y dejen muchos comentarios así me divierto leyéndolos.

Muak.

***

La casa de Drake se encontraba justo enfrente de la nuestra y, si bien también parecía antigua, sus diseños no se parecían en nada. La de su familia era ancha y parecía tener más de un piso, completamente blanca y con tejado azul. Su jardín delantero era extenso y cubierto de césped, con árboles plantados a cada lado de la casa.

Estacionamos en la entrada al comienzo del ocaso. Las luces del interior estaban encendidas y el sonido del motor debió de alertar a su madre sobre nuestra llegada, porque la puerta de entrada se abrió en cuanto comenzamos a subir las escaleras del porche.

En la entrada apareció una mujer alta, de cabello rubio muy claro, largo y lacio. Llevaba saco y pantalón de vestir color gris por encima de una camisa blanca con los primeros botones sueltos.

—Tú debes de ser Sophie —dijo, con una sonrisa radiante—. Déjame verte.

—¿Eh?

No me dio tiempo a reaccionar, cuando la mujer me tomó por los hombros y me hizo entrar a la casa. No me soltó hasta que estuve debajo de la luz amarilla de la sala. Ahí, tomó mi mentón y giró mi rostro con suavidad a un lado.

—Ay, qué cabello tan raro —dijo, sorprendentemente honesta—. Desde afuera creí que era negro, pero no. Pareces una estrella de rock ¿Te gusta?

—¿Que si me gusta? —pregunté, extrañada. Su mano entonces soltó mi mentón y finalmente pude mirarla a los ojos—. Pues sí. Yo me lo pinté.

—Ay, claro, por supuesto —dijo la mujer, como si se le hubiera olvidado. Me dio una palmadita sobre los hombros—. Con tu padre somos amigos desde hace un tiempo y siempre habla de ti, así que me alegra saber que Drake y tú se llevan tan bien.

Vi a Drake cerrar la puerta detrás de ella, pero el no entró. Supuse que lo haría desde el garage, puesto que debía de guardar su motocicleta, y el hecho de estar a solas con esa señora me puso nerviosa.

Yo no diría que Drake y yo nos llevábamos tan bien, sino más bien que él estaba siendo amable conmigo por la presión de nuestros padres y, en consecuencia, nos veíamos obligados a pasar algo de tiempo juntos.

Pero yo no lo conocía, no sabía nada de él y Drake sabía mucho menos sobre mí. Dudaba que, de haber sido por voluntad propia, él se hubiera acercado a mí en primer lugar. No lo veía como el tipo de chicos que iba por ahí presentándose a los vecinos y ofreciéndose a ser chofer de cualquier desconocido.

No quería acercarme demasiado a alguien que evidentemente estaba siendo obligado a ser mi amigo, pero al mismo tiempo sabía que si me alejaba perdería la oportunidad de unirme al equipo de fútbol.

—Drake ha sido muy amable —me limité a responder al finalizar mi monólogo interno.

La mujer asintió, como si no esperara otra cosa de él.

—Drake es así por naturaleza. Es un ángel.

No estaba tan de acuerdo con esa última declaración.

—Me gusta cuando la conversación gira alrededor de mí.

El muchacho llegó desde una puerta lateral y se apoyó en el marco de la entrada, con los brazos cruzados. Aún llevaba puesta la chaqueta de motociclista sobre su uniforme, pero el casco había desaparecido y ahora podía ver sus rizos desordenados.

Cambio de corazónOù les histoires vivent. Découvrez maintenant