¡Buenos días, princesa! - Blue Jeans

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▪ -¡Entra!
-¡No entro!
-¿Que no? ¡Ya verás como sí!

▪ Un día es un día. ¿Será hoy ese día?

▪ Sueña con una bonita historia de amor. No sabe muy bien cómo ha llegado a la conclusión de que su amigo es el chico perfecto para ella.

▪ La noche cerrada de Madrid está vacía de luna y estrellas. Los dos se sientan en el banco, con una farola que los ilumina como único testigo.

▪ De una forma divertida. Persigue su mirada esquiva, atrapándola en la suya.

▪ Sus labios, como dos imanes de distinto polo, se atraen irremediablemente en la noche más triste y más feliz de la vida de Valeria.

▪ -Me gustas desde que te conocí, ¿lo sabías?

▪ Ya estoy en la cama y hasta que me duerma pensaré en ti.

▪ Ante tanta insistencia, la joven se levanta, se calza las zapatillas y se dirige hacia la entrada de la casa. Llaman otra vez. Qué pesados.
-¿Sí? ¿Quién es?
-¡Buenos días, princesa!

▪ -Una amiga no abandona a la otra cuando lo está pasando mal.

▪ Sin embargo, el destino hace ese tipo de cosas. Une y desune a las personas a su gusto.

▪ Tenemos que hablar. Es muy largo de explicar como para escribírtelo en el WhatsApp.

▪ No puedo seguir siendo tu amiga. No puedo verte todos los días y pensar que sólo somos amigos. Es o todo o nada.

▪ Amigos. La tristeza sigue en su interior, pero la oculta con una sonrisa.

▪ ¿Me prestas tu sonrisa un momento?

▪ Sólo sé que hoy me gustas más que ayer. Y, posiblemente, menos que mañana.

▪ El Club de los Incomprendidos lo formaron cinco personas que se llevaban bien y a quienes nadie más hacía caso. Nosotros creamos este grupo para desconectar del mundo y pasar buenos momentos. Yo sigo disfrutando mucho de todos vosotros, aunque tengo que reconocer que las cosas han cambiado, porque todos hemos cambiado.

▪ El error no ha sido enamorarse, sino no pensar en las consecuencias. Y es que, cuando te enamoras, cabe la posibilidad de que te hagan daño.

▪ Si no tuviera una cadena que limita mis movimientos, podría alcanzar el sueño de amar.

▪ Dibujaría una línea infinita en tu espalda que hiciera que me perdiera en lo más profundo de tu horizonte.

▪ Es su sueño, su meta: hacer una película tan buena como la de Roberto Benigni y que las salas se llenen para verla;

▪ Cuando te sientas débil, piensa en mí; y cuando recuperes tus fuerzas, también piensa en mí.

▪ -¡Buenos días, princesa! -grita de repente Raúl-. ¡He soñado toda la noche contigo! Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Sólo pienso en ti, princesa. ¡Pienso siempre en ti!

▪ El amor correspondido es lo mejor que te puede pasar en la vida -comenta sonriendo.

▪ Ojalá tuviera poderes mágicos y pudiera concederme a mí misma un deseo. Me conformo con un deseo. Conseguir un beso tuyo.

▪ La noche se ha cerrado muchísimo. Ni siquiera lucen las estrellas, que deben de estar guardadas dentro de algún cajón mágico, reservadas para un momento menos doloroso.

▪ -No existe el mañana, sólo el ahora.

▪ -¿Por primera vez?
-Sí. ¿No te lo había dicho?
-Lo recordaría -responde sonriendo. Y, luego, besándolo cariñosamente-. Entonces estamos empatados en eso.

▪ -Valeria, Alicia es producto de la imaginación de Eli. Alicia no existe.

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