Un monstruo viene a verme - Patrick Ness

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▪ El monstruo apareció pasadas las doce de la noche. Como hacen todos los monstruos.

▪ Entonces oyó fuera un crujido, como si un ser gigantesco caminara por un suelo de madera.

▪ Una nube ocultó la luna, dejó el paisaje en tinieblas, y se oyó el susurro del viento que descendía a toda velocidad por la colina, se metía en su cuarto y mecía las cortinas.

▪ -No tienes miedo, ¿eh?
-No -dijo Conor-. Por lo menos, no de ti.
El monstruo entrecerró los ojos.
-Ya lo tendrás -dijo-. Antes del final.

▪ No penséis que no habéis vivido lo bastante como para no tener una historia que contar.

▪ -¿Qué quieres de mí?
-No es lo que yo quiera de ti, Conor O'Malley. -El monstruo pegó la cara a la ventana-. Es lo que tú quieres de mí.
-Yo no quiero nada de ti -replicó Conor.
-Todavía no -dijo el monstruo-. Pero ya lo querrás.

▪ -Es solo un sueño -dijo otra vez.
-Pero ¿qué es un sueño, Conor O'Malley? -El monstruo bajó la cabeza hasta la cara de Conor-. ¿Quién dice que no es todo lo demás lo que es un sueño?

▪ -¡He tenido tantos nombres como años tiene el tiempo!

▪ ¡Soy la espina dorsal que sostiene las montañas! ¡Soy las lágrimas que lloran los ríos! ¡Soy los pulmones que respiran el viento!

▪ -Pensaste que quizá estaba aquí para ayudarte -dijo el monstruo.
Conor se quedó parado.
-Pensaste que quizá había venido a derrocar a tus enemigos. A dar muerte a tus dragones.

▪ -Las historias son criaturas salvajes -dijo el monstruo-. Cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que pueden causar?

▪ A veces la gente necesita mentirse a sí misma más que ninguna otra cosa.

▪ Después del colegio, su abuela lo esperaba en el sofá.
-Tenemos que hablar

▪ Se dio la vuelta y agitó una mano que parecía una estrella de mar a modo de despedida.

▪ Vas a tener que ser muy valiente, mucho, por ella.

▪ -Hay un árbol que viene a visitarme -dijo hablando rápido; empezó a quitarle la etiqueta a la botella de Coca-Cola-. Viene a casa por la noche, me cuenta historias.

▪ -El tejo es el más importante de los árboles medicinales -dijo-. Vive miles de años. Sus bayas, su corteza, sus hojas, su pulpa, su madera, todo bulle y crepita y se retuerce en él lleno de vida.

▪ "¿Estarías dispuesto a renunciar a todo aquello en lo que crees?"

▪ La creencia es la mitad de toda curación. La creencia en la cura, la creencia en el futuro que nos espera.

▪ nunca en toda su vida había tenido tanto miedo.

▪ -Las cosas verdes de este mundo son maravillosas, ¿verdad? -siguió diciendo su madre-. Nos empeñamos en deshacernos de ellas y resulta que muchas veces son justo lo que nos salva.

▪ «Hay cosas peores que ser invisible», había dicho el monstruo, y tenía razón.

▪ Ver ese tejo todos los días era como tener un amigo ahí fuera que me ayudaría si todo salía mal.

▪ -Me parece que en lo más hondo de tu corazón siempre lo has sabido -dijo su madre-.

▪ Yo lo sé, ¿vale? Sé todo lo que tienes que decirme sin necesidad de que lo digas en alto. ¿Vale?

▪ -Ojalá me quedaran cien años -dijo con voz muy baja-. Cien años que darte.

▪ Tu mente se creerá las mentiras piadosas pero conoce también las verdades que duelen y que hacen que esas mentiras sean necesarias. Y tu mente te castigará por creer ambas cosas.

▪ -No pienses más en eso, Conor O'Malley - dijo el monstruo con ternura-. Esta es la razón por la que eché a andar, para contarte esto y que puedas curarte. Tienes que escucharme.
Conor tragó saliva de nuevo.
-Te escucho.
-Tu vida no la escribes con palabras -dijo el monstruo-. La escribes con acciones. Lo que piensas no es importante. Lo único importante es lo que haces.

▪ -Estoy aquí, mamá -dijo Conor.
Su madre no dijo nada, tan solo alargó la mano que tenía más cerca de él.
Le pedía que se la cogiera.
Que se la cogiera y no la soltara.

▪ -Si dices la verdad -le susurró el monstruo al oído-, podrás enfrentarte a todo lo que venga.

▪ Supo que llegaría, y pronto, quizá incluso a las 00.07. El momento en que ella se escurriría de sus manos, por mucho que él la sujetara con todas sus fuerzas.
-Pero no en este momento -susurró el monstruo, todavía cerca-. Aún no.
Conor sujetaba a su madre con fuerza.
Y al hacerlo, pudo por fin dejar que ella se fuera.

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