ELITE - Raechel Van Dyken

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◆ -Entonces,¿morirías por mí?-Bromeé tratando de romple la incomodidad.

-¿No lo entiendes?

Mi respiración se volvió errática cuando él se inclinó lo suficientemente cerca como para besarme otra vez.

-Daría mi vida por ti.

◆ Con una maldición Nixon me tiró más cerca. ―Te mereces el vestido blanco,

Trace. Y las flores y la música. Te mereces el primer baile con tu marido. Las

estrellas en sus ojos cuando te vea caminando por el pasillo. Te mereces el castillo y

el príncipe. Un hombre que te adore, una familia que se sacrifique por ti, amigos

que cuiden de ti. Trace, te lo mereces, pero tienes que creerlo.

Sollocé. ―¿Qué pasa si sólo te quiero a ti? ¿Qué pasa si sólo quiero esa única

cosa?

◆ Te necesito como necesito mi corazón para bombear la

sangre a través de mi cuerpo, como necesito el aire para respirar, como

necesitamos gravedad. Infiernos, Trace, tú eres mi gravedad. Estar contigo me hace

sentir centrado y entero, y estoy tan jodido por convencerte de querer algo

diferente. Soy demasiado egoísta como para empujarte a los brazos de alguien más

cuando sé que la míos puede que sean los peores en los que puedas estar.

―Pero yo quiero…―Mi labio inferior temblaba. Me mordí con fuerza para

poder terminar la frase. Tomando una respiración relajante empecé de nuevo―. Te

quiero a ti.

◆ ―Nixon no me ama.

Chase suspiro.

―Me rehusó a entrar en eso contigo ahora mismo. Cree lo que quieras, pero ese

chico seria capaz de cortar de un golpe sus propios brazos antes de dejar que

alguien lastimara un cabello de tu cabeza.

―Algunas veces, Chase… es el lazo emocional lo que duele.―Empujé tras la

rabia y suspiré―. Preferiría que me golpeara. Los cortes se curan, los moretones se

desvanecen, ¿Pero corazones rotos? Ellos llevan las cicatrices de por vida.

◆ Con un pesado suspiro Chase metió la tarjeta de acceso en su bolsillo y me

empujo a su lado, besando mi cabeza.

―No creo que ningún chico pueda prometerte no romper tú corazón. Pero sí te

prometo que el siguiente idiota que lo intente terminara de uno modo u otro en

mis puños.

◆ Manten la cabeza en alto. No hay que mirar nada en el suelo.

◆ La confianza es como el amor. No existe.  Es un cuento de hadas con el que la sociedad nos alimenta con el fin de tenernos conformes. No espero que confíes en mi. Espero que sigas mis reglas. Las reglas te mantienen segura.

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